En libertad vigilada
Las federaciones internacionales exigen a atletas, ciclistas y futbolistas sospechosos de dopaje estar permanentemente localizables 24 horas al día
Si para controlar los movimientos de los condenados en libertad condicional en muchos países se utiliza una pulsera electrónica, para vigilar a los deportistas sospechosos de dopaje, las federaciones internacionales disponen del ALF -si lo decimos en inglés: Athletes Location Form- o del FLD si preferimos el castellano: Formulario de Localización de Deportistas, un impreso cuyo rellenado es, según varios deportistas consultados, más complicado que el de la antigua declaración de la renta, e, incluso, casi tan imposible. El FLD, cuyo contenido se puede resumir en una oración condicional: si no sabe usted dónde va a estar el 13 de febrero a las tres de la tarde, o si no lo comunica con tres meses de antelación, no puede usted ser ciclista, o futbolista, o atleta. Es, según sus promotores, la última arma de las autoridades deportivas para combatir el dopaje, un asunto que está generando los últimos meses más titulares escandalosos que de habitual.
Los afectados están obligados a indicar su localización durante los próximos tres meses
Los ciclistas consideran que la medida vulnera su derecho a la intimidad
"Tenemos que intensificar los controles fuera de competición y hacerlos mejores", explica Juan Manuel Alonso, presidente de la comisión antidopaje de la IAAF, la federación internacional de atletismo. "La próxima temporada efectuaremos unos 1.500 controles de este tipo, pero se los queremos hacer a los deportistas adecuados, en el momento adecuado y en el sitio adecuado. Y para ello necesitamos saber con antelación dónde se concentran, dónde se entrenan, dónde viven, en los meses previos a las grandes competiciones". Lo que, traducido, quiere decir, más o menos: si sospechamos que un atleta de fondo recurre a la eritropoietina para aumentar su rendimiento, o un velocista a los esteroides anabolizantes, deberemos hacerles un control por sorpresa no la víspera de la competición en el hotel donde se aloja, sino dos, tres semanas antes en el lugar en el que se entrene. La IAAF, la federación más duramente golpeada por el dopaje los últimos meses, en los que ha sufrido los casos Thánou-Kenteris, Fazekas-Annus y Balco, con la ramificación Jones-Montgomery, maneja una lista de 700-800 atletas a los que se controlará prioritariamente la próxima temporada. Aquellos que no envíen sus datos serán advertidos. Una tercera advertencia en un mismo año se considerará control positivo.
José Rodríguez, de la ACP, el sindicato español de ciclistas, está de acuerdo absolutamente con la teoría, pero no con la práctica, por eso ha recomendado a la treintena de ciclistas españoles que han recibido el formulario para que cuenten su localización en el primer trimestre de 2005, y que deben hacer llegar hoy, día 15, a la Unión Ciclista Internacional (UCI), que esperen un tiempo antes de enviarlo. "Estamos a favor de la lucha contra el dopaje y de la tolerancia cero", dice Rodríguez, "pero no a costa de que no se respeten los derechos fundamentales de los deportistas. Y el FLD los vulnera. Se lo hemos dicho a la UCI y no nos hacen caso". Según Rodríguez, el FLD toca asuntos tan delicados como el derecho a la intimidad, ya que obliga al deportista a estar localizado las 24 horas del día, y, además, a que otra persona sepa en todo momento donde se encuentra, por si acaso, y a informar mediante fax o email cualquier cambio imprevisto, cualquier viaje, cualquier desplazamiento o número de teléfono que no hubiera consignado en el FLD trimestral. "No nos dejan más camino que recurrir a los tribunales ordinarios para evitar su aplicación", dice Rodríguez, quien se ha puesto en contacto con otros sindicatos de deportistas -con los futbolistas especialmente- para formar un frente amplio de oposición.
"No lo entiendo", dice Juan Manuel Alonso; "los atletas llevan bastante tiempo rellenando un formulario similar y no se han quejado nunca. No creo que sea la mejor respuesta por parte de unos deportistas en estos momentos". El atletismo pondrá en marcha otras medidas para luchar contra el dopaje, una de ellas a imitación de lo que hace el ciclismo desde hace varias temporadas, consistirá en los análisis de sangre previos a la competición: aquel deportista que muestre parámetros sospechosos no podrá competir hasta pasado un tiempo.
Los equipos ciclistas contribuirán también a su manera a la lucha contra el dopaje. Partiendo de la máxima de que los deportistas se dopan porque el castigo al que se arriesgan es mucho menor que el beneficio económico que consiguen, los 19 conjuntos del ProTour -del que han quedado fuera equipos como el Phonak, por los positivos de sus corredores Santi Pérez y Tyler Hamilton- han formulado un código de conducta por el cual se comprometen a despedir automáticamente a cualquier corredor tras un positivo, a no fichar hasta cuatro años después a cualquier ciclista que haya resultado positivo en un control y a no alinear en las carreras a aquellos inmersos en un proceso judicial por dopaje. Asimismo, obligarán a todos los corredores a que les informen por escrito de quién es su médico o entrenador privado, si tienen alguno diferente del oficial del equipo.
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