Una vida de libros

Su vida son los libros y no alcanza imaginar un mundo sin ellos. Durante el franquismo, las librerías se convirtieron en centros de reivindicación social y agitación política, y sobre todo fueron lugares de encuentro para los intelectuales progresistas. Allí se crió, rodeado de libros y mamando las ideas de escritores y políticos, Fernando Linde (Granada, 1953). Primero fue librero en Elche y luego en Alicante. Aquí, cumplió uno de sus sueños: la puesta en marcha de su propio negocio. Así, en junio de 1984 abrió sus puertas 80 Mundos, en la avenida de General Marvá, próxima a la plaza de los Luceros.

"Pertenezco a aquella generación de libreros vocacionales, que un día descubrimos que ésta podía ser una profesión digna", recordó ayer Fernando Linde, para quien una librería es "un espacio que alberga, no sólo libros, sino inquietudes culturales de toda índole". Por eso, 80 Mundos, a la presentación de publicaciones, añade sesiones de lecturas de poemas, debates y visitas de escolares. A partir del mes de enero, Linde da otra vuelta de tuerca a su pasión por difundir la cultura y pondrá en marcha el Forum 80 Mundos, una iniciativa que pretende "reforzar y ampliar" el abanico de posibilidades de su librería. Así, por ejemplo, habrá exposiciones de arte, conciertos de música clásica, recitales y otras actividades culturales. "Tenemos las limitaciones de espacio, pero colaboraremos con las iniciativas que nos planteen cualquier colectivo", aseguró Linde. Con motivo del vigésimo aniversario del establecimiento y como colofón de las 40 presentaciones realizadas durante 2004, esta tarde a las 19.30 está previsto que se celebre una mesa redonda sobre Escribir en Alicante. En este debate intervendrán los escritores Enrique Cerdán Tato, Mariano Sánchez Soler, Miguel Ángel Pérez Oca, Ximo González Caturla y Carles Cortés.

La librería, con una superficie de 275 metros cuadrados y 40.000 volúmenes al alcance de los clientes, se ha convertido en uno de los reductos culturales para los amantes de la literatura. Tras el cierre de Compas, y su traslado a la Universidad de Alicante, sólo queda alguna librería técnica y especializada, pero ninguna generalista, como 80 Mundos, cuyo nombre, según explicó ayer su propietario, obedece "por un lado al valor universal de un espacio que reúne a todos los mundos de la literatura, y homenajear a Julio Cortázar, uno de los escritores más comprometidos y que nos regaló aquella obra La vuelta al día en 80 mundos.", dijo Linde.

La feroz competencia de las grandes superficies ha sido letal para un sector mermado, ya de por sí, por los bajos índices de lectura. "Es una lástima que desaparezcan las librerías tradicionales", dijo Linde. A su juicio, esta situación es fruto "de que la sociedad está cambiando, o nos han hecho cambiar, los hábitos. Las grandes superficies modifican una forma de vivir". Recuerda cómo antes las ciudades eran lugares de encuentro y las librerías, de reflexión y debate; ahora, se traslada todo a la periferia y al centro comercial. Su mejor arma para invertir la tendencia es ofrecer un "buen servicio y calidad". "La gente puede encontrar aquí cualquier libro, y si no está tendremos interés por buscarlo y pedirlo", explicó Linde, que define un libro como "fuente de placer, sabiduría, distracción e imaginación".

Con cierto optimismo realista observa el futuro y cree que las librerías, pese a las amenazas, sobrevivirán como lugar mágico. Linde sueña con darle una nueva dimensión al negocio y que sea una librería cultural, un centro de actividades, siguiendo la estela de otras, cómo Babel, en Castellón, Cervantes de Oviedo y Oletum en Valladolid. Y todo en aras de demostrar que Alicante no es, todavía, un páramo cultural.