El waterpolo se queda sin el jefe
La federación pone punto y final a la época más laureada al prescindir de Joan Jané como seleccionador e iniciar una renovación a fondo
Un comunicado de la Federación Española de Natación (RFEN), tan frío como el agua de la piscina, anunció ayer, domingo, fiesta de guardar, que Joan Jané (Barcelona, 1953) dejaba de ser el seleccionador de waterpolo después de once años en el cargo. Para atajar cualquier controversia, la nota, inicialmente prevista para ser despachada hoy, indicaba que la decisión se ha tomado después de alcanzar un acuerdo con el técnico para no renovarle su contrato, que expiraba a final de año, y que, por tanto, no se trata de ninguna rescisión.
"Iniciamos una nueva etapa", explica en el documento el presidente de la federación, Juan Konickx, elegido el 20 de noviembre en sustitución de Rafael Blanco, director general de Deportes desde mayo; "empieza un ciclo, una época de reorganización y reestructuración del waterpolo".
Llegan nuevos tiempos que requieren cambios importantes. La salida de Jané significa, al fin y al cabo, el punto y final a la época más laureada del waterpolo español, que ha conseguido dos títulos mundiales (Perth 1998 y Fukuoka 2001), y la medalla de oro en los Juegos de Atlanta 1996, un triplete sin precedentes en el deporte de equipo olímpico. El sexto puesto en Atenas 2004, los terceros Juegos en los que la selección era dirigida por Jané, sustituto de Dragan Matutinovic después de Barcelona 1992, se consideró la señal definitiva para iniciar la reorganización.
Jané dirigió con especial tino una época muy fecunda del waterpolo español y que abrazó tanto el punto álgido como la retirada de Manel Estiarte, considerado el Maradona del agua, en 2000. España fue la mejor con Estiarte y sin él. Jané asumió el adiós del capitán y después supo sustituir también a jugadores del carisma de Jordi Sans o Pedro García. Llegado a Atenas, no tuvo tampoco reparos en relevar al mejor portero del mundo, Jesús Rollán, aquejado de problemas físicos a sus 36 años de edad, por Ángel Andreo. En nómina ya sólo quedaba el seleccionador para iniciar la regeneración y ayer se anunció de manera furtiva un adiós cantado, aunque Jané ni siquiera ha dicho esta boca es mía.
"Desde la semana pasada veníamos tratando con el propio seleccionador la posibilidad de un cambio", argumentó Pere Robert, el presidente de la división de waterpolo de la Federación Española de Natación; "la idea es iniciar un proyecto cuyo punto de exhibición deben ser los Juegos de Pekín 2008. Hay que apostar por los jóvenes sin olvidar a los veteranos que están dispuestos a gestionar la transición. ¿El seleccionador? Estamos en ello".
Aunque se especuló con la posibilidad de contratar a Toni Esteller, veterano entrenador del CN Barcelona, uno de los candidatos mejor situados para sustituir a Jané es Rafael Aguilar, preparador del CN Terrassa, fichaje que estaría en la línea de regenerar a fondo el waterpolo y dar salida a la cantera. La Liga, al fin y al cabo, no es ajena a los nuevos tiempos. El campeonato se inició con un recorte presupuestario -incluso en el importe de las fichas de los jugadores más importantes- y la renuncia del CN Catalunya a la máxima categoria y del CN Barcelona y el CN Sabadell a la Euroliga después de quedarse sin patrocinadores. Mientras tanto, y en la misma dirección, Iván Moro y Sánchez Toril, dos internacionales, regresaban a Madrid para disputar la Liga de la Primera División con el Ondarreta Alcorcón y Gaby Hernández se convertía en el único español que competía en Ligas extranjeras (Spandau) y Rollán desistía de entrenar a un equipo italiano.
"El 60% de los jugadores de la Liga son menores de 24 años y el 84% está por debajo de los 29", explica Robert, satisfecho igualmente con el incremento de licencias (8.000) y la expansión de su deporte. Hasta seis comunidades están representadas en la máxima categoria: Cataluña (siete equipos), Aragón (Plaza Zaragoza), Valencia (Aguas), Navarra (Larraina), Canarias (Martíanez) y Madrid (Canoe).
Varios federativos, con el vicepresidente Lluís Bestit a la cabeza, entendían que el nuevo marco exigía un cambio también de seleccionador. Jané, "un drogadicto del waterpolo", como se definía, podrá dedicarse más a la teórica -es asiduo a los congresos- y al descanso -le encanta relajarse en el CN Barcelona- en vez de preparar los partidos y procurar que sus jugadores estén a gusto en el agua: "Mi prioridad es negociar con los chicos de Comisiones Obreras antes de comenzar cualquier campeonato", aseguraba antes de reunirse con los capitanes, Rollán, Dani Ballart y Sergi Pedrerol. Jané, al final, no pudo defenderse a si mismo para continuar en un equipo a veces imparable y en otras vulnerable.
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