Riquelme gana al Getafe

Riquelme tocó poco el balón. Lo tocó tres veces. En una de ellas regaló un gol a Guayre nada más comenzar el choque. En otra, uno a Forlán. En la tercera, falló un pase picado en el área. Con esos tres chispazos de inspiración del moroso centrocampista argentino le bastó al conjunto castellonense para ganar en Getafe. No se esforzó ni un gramo más. Con un gol a favor, el Villarreal vio una larga cuesta abajo de 88 minutos. Sólo tenía que esperar a que el árbitro pitara el final. Sólo hizo eso. Aguardar pacientemente sin perder la compostura y encomendarse al genio de Riquelme.

El Getafe le pone ganas a sus partidos en casa. Se esfuerza. Pero no le salen las cosas con facilidad. Y, cuando le salen, sus jugadores no aciertan a meter la pelota. Gabi metió varios balones en profundidad inteligentes, Riki se esforzó mucho por la izquierda y Vivar Dorado buscó remedar a Riquelme en un par de pases inspirados. Eso, en el primer tiempo. En el segundo fue Paco Gallardo, por la derecha, el que intentó desarmar la paciencia del Villarreal. Alguna cosa hizo el sevillano. Pero el juego del equipo madrileño se muere en la orilla. A veces, incluso antes por la falta de precisión en el pase.

Las pocas ocasiones que fabrica las desperdician sus delanteros. Tanto Pachón como Yordi, se dedican más al choque, tanto aéreo como por tierra, que a ningún otro aspecto del juego. Incordian, saltanj, se mueven, amagan los desmarques, pero apenas llegan a tocar la pelota.

De hecho, la mejor oportunidad del conjunto madrileño fue de Vivar Dorado tras una pared con Riki. Reina sacó una mano prodigiosa. Las demás ocasiones de peligro del Getafe fueron por las frecuentes salidas a destiempo del portero del Villarreal. A Reina le cuesta un mundo calcular y en una de esas intervenciones defectuosas a punto estuvo de marcar Paco Gallardo, pero su disparo a bote pronto se marchó ligeramente a la izquierda de la meta.

A Sánchez Flores, su técnico, le preocupa la falta de gol de sus hombres punta. Le preocupa, y con razón. De hecho, el tanto del Getafe lo marcó Nano, un central. Y no es la primera vez que Nano, excelente cabeceador, o algún centrocampista, como Gallardo o Gabi, se apuntan los goles. Sin gol no se puede ganar. Sin juego, sí que se pueden sacar buenos resultados. El Villarreal lo demostró ayer en el Coliseum. No es que el Getafe hiciese encaje de bolillos, pero todos los intentos de jugar al fútbol con corrección, comandados por Gabi, fueron del equipo del sur de Madrid.