"Nunca he ido de madre del artista"

Pregunta. En la serie El inquilino, que termina de rodar, usted es franquista. De roja impenitente, ¿le duele el hígado?

R. No, porque soy la bruja del cuento. Si hubiera sido un hada, no lo hubiera aceptado.

P. Como familia, ¿los Bardem son los Simpson, los Monster, los Serrano, los Adams?

Respuesta. Somos simplemente los Bardem. De tener que parecerme a algunos, me gustaría acercarme más a los Simpson.

P. ¿Cómo lleva lo de ser matriarca?

R. Es que yo no me siento matriarca de nada. Soy madre de mis tres hijos y abuela de mi nieto.

P. ¿Nunca ha tenido con Javier el síndrome de mamá de la Pantoja?

R. No, porque nunca he ido de madre del artista. Sólo cuando fui a los Oscar para ver cómo era aquel circo. Pero no soy ni la madre del artista ni la viuda de mi hermano.

P. Usted es votante de Izquierda Unida. ¿Cómo lo está haciendo Zapatero?

R. Yo creo que lo está haciendo bien. Por lo menos varias cosas: traer las tropas, la ley contra la violencia de género, el matrimonio de homosexuales... Lo que me molesta son esas cosas de dije digo, digo Diego.

P. ¿Llamazares es un pedazo de político?

R. Yo creo que tiene buena voluntad.

P. ¿Y eso es suficiente?

R. No creo.

P. ¿Ve la izquierda fuerte o para que le den sopitas?

R. Creo que la izquierda siempre estará fuerte, porque siempre será necesaria.

P. ¿Cuánto se identifica con María Zambrano, a la que acaba de dar vida en el cine?

R. Pues desgraciadamente poco, porque ella era una gran pensadora. Sólo tenemos dos cosas en común: Yo también soy republicana y también adoro los gatos.

P. La peli fue un empeño de Carmen Calvo. ¿Cómo la ve como ministra?

R. Yo la veo muy bien vestida, muy mona.

P. De madre superiora en una serie de televisión estaba usted total. ¿Echa de menos los hábitos?

R. No, porque yo en el fondo siempre he tenido hábito, como decía mi madre. Yo me pongo dos cosas, y viviría feliz con la muda, el quita y pon.

P. ¿Pero tiene un punto monja?

R. Sí, sí, sí, sí. Yo rezo todas las noches. ¿Le parece poco?

P. ¿Y a quién reza?

R. A la Virgen, que es lo que me enseñaron de pequeña. Pero yo creo que a quien en realidad rezo es a mi madre.

P. Pero si no cree en nada de la cosa celestial.

R. ¿Eso quién se lo ha dicho a usted? Yo creo. No sé en qué, pero creo [risas].

P. Ha hecho de portera, de monja, de bruja, de visitadora. ¿De qué papel tiene más?

R. De mujer. Me da igual. Todo son facetas. De puta he hecho muchas veces. Quizá la que más me gusta es la de bruja.

P. ¿Se ve en la vida civil regentando un burdel como hizo en Pantaleón y las visitadoras?

R. No me veo regentando nada: ni un convento ni un burdel. No me gusta mandar ni que me manden.

P. ¿Siempre es muy clarita hablando?

R. Sí. Conmigo nunca se puede decir qué quiso decir.

P. ¿Cómo son sus relaciones con los hombres?

R. Hombre, cuando existen las relaciones, pues bien. Están bien. Para un rato.

P. Leí algo que me hizo pensar que se había retirado en este terreno.

R. No. El amor puede aparecer. Lo que no creo es en la convivencia. No tengo la suficiente generosidad para convivir con nadie.

P. Dice que hay que recuperar el tacto. ¿Nos tocamos poco?

R. Yo creo que sí. Hemos perdido el contacto con el tacto. La piel es muy importante. Quizá por eso me gustan los calvos.

P. ¿Qué les encuentra?

R. Que tienen más piel para besar.

P. ¿A quién le gustaría achuchar, sobar?

R. Hombre, a estas alturas del partido, lo que yo quería sobar ya lo sobé. La mujer a la que más admiro es a la Joanne Woodward, que lleva cincuenta años tirándose a Paul Newman. Cincuenta años, ¡eh! Un mérito.

P. Pero Paul Newman no es nada calvo.

R. Hay calvos de alma, ésos a los que no se les ha caído el pelo de la cabeza pero que tienen ya la suficiente sensibilidad como para ser calvos de alma.