"La televisión se ha convertido en el gran púlpito de la sociedad"

El nombre de Miguel de la Quadra Salcedo (Pamplona, 1932) está íntimamente ligado a la aventura. Desde que comenzó su andadura en TVE en 1962, su arrojo y su espíritu curioso le han llevado a filmar algunos de los mejores documentales y reportajes realizados para la pequeña pantalla. Ha sido artífice de programas como Ruta maya, Aventura 92, Rumbo a Zipango, Ruta Quetzal y Parques nacionales, que se emite actualmente en La 2. Trabajos que han servido para fomentar el intercambio cultural entre jóvenes de diversas nacionalidades. Ahora, después de una fructífera trayectoria, la Academia de Televisión le ha otorgado el Premio Toda Una Vida por su labor al frente de espacios en los que han primado la calidad, el rigor y la credibilidad.

Pregunta: Después de este premio, ¿se siente historia viva de la televisión en España?

Respuesta: Me da como vergüenza porque parece que estos premios se dan al final de una carrera y yo todavía soy un adolescente. La única ilusión que he tenido después de viajar por el Amazonas y hacer deporte ha sido esa casa, la televisión, esa alfombra mágica que te lleva a los sitios más insospechados. Nunca se me habría ocurrido que me dieran este premio y, evidentemente, me ha hecho mucha ilusión. Y más que ilusión, estos premios producen emoción.

P. ¿Cómo se enamoró del continente americano?

R. Yo me enamoré de América a través de la lectura, de los libros de Julio Verne y de los relatos de los grandes descubridores. Después de viajar a Puerto Rico con una beca, comprobé que en España no interesaban estos lugares por puro desconocimiento. Tuve la suerte de que Manuel Fraga me nombrase primer corresponsal de España en Iberoamérica y la televisión me abrió muchísimas puertas. Me dio la oportunidad de entrevistar a Indira Ghandi, Pablo Neruda y Salvador Allende, entre otros relevantes personajes. En ese momento elegí el camino de la gran aventura. El mundo es apasionante, pero siempre con un libro en la mano.

P. Esa gran aventura le llevó a ser enviado especial a lugares conflictivos. ¿Cómo definiría la labor de estos periodistas?

R. El trabajo como enviado especial es apasionante. El problema está en que hay tal globalización de todas las noticias que esta profesión está un poco deformada, ya que los que van tiene alguna creencia política detrás. La información es muy delicada y peligrosa porque las televisiones se han convertido en los grandes púlpitos de la sociedad y tenemos que apostar por una sociedad culta.

P. Ahora que tanto se habla de la telebasura en horario infantil, ¿no cree que las cadenas apuestan poco por los documentales?

R. El gran problema no son los programas que se emiten, sino que los niños deberían ver la televisión acompañados de un adulto. Hay que analizar, interpretar y vigilar lo que ven.

P. ¿Cree que se ha perdido parte del espíritu explorador de sus comienzos?

R. No. Los españoles tenemos siempre esos genes aventureros. Yo he sido y soy un defensor de la lectura porque leer siempre es una gran aventura.

P. Entonces, ¿una imagen no vale más que mil palabras?

R. Depende de quién las reciba, cómo y en qué momento. En mi caso, yo diría que un perfume vale más que mil palabras.