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Andy y Lucas se enfrentan al reto del segundo disco con 'Desde mi barrio'

De su primer trabajo vendieron 600.000 copias

Año y medio después de que los gaditanos Andy y Lucas editaran su primer disco, del que vendieron cerca de 600.000 copias, publican ahora Desde mi barrio. Lo toman como un reto después de que, tras su irrupción, se habló de ellos como artistas de un solo éxito, Son de amores. Tan compenetrados como siempre y manteniendo la amistad que les une desde el cole, afirman que sus vidas han cambiado mucho pero que ellos siguen siendo igual que antes.

"El segundo disco es casi más importante que el primero", dice Lucas, autor de las canciones del dúo. La afirmación no es banal, a los dos les han contado que hay muchos artistas que nunca lograron superar el éxito del primer disco y se quedaron en la cuneta, frustrándose así una carrera prometedora. "El disco sigue en la misma línea que el anterior, que gustó mucho. Sabemos que no se puede estar siempre en la cresta de la ola, pero si dejamos de estar ahí, que nos quiten lo bailao".

Su compañero, Andy, más tímido y callado, ve las cosas con el mismo espíritu positivo: "Primero nos dijeron que éramos artistas de una sola canción, Son de amores; luego sólo del verano, de una moda pasajera; después que nada más que de un disco. Hicimos una gira pequeña y, luego, otra más grande. Ya estamos en el segundo disco y con una buena respuesta en lo poco que lleva en las tiendas". No obstante, ambos coinciden en que no hay que dormirse en los laureles: "Sabemos que hay que trabajar".

"Estamos aprendiendo cada día más, sólo llevamos un año en alto nivel y todavía somos dos chavalitos", afirman los dos a sabiendas de la sensación que han dejado en los últimos tiempos de ser un grupo que exprimía la gallina de los huevos de oro. La sobreexposición a la que han sido sometidos, por ellos mismos o por su entorno, con dos conciertos en un mismo día en algunas ocasiones, les hace tomarse este año las cosas con más calma: "La verdad es que hicimos cosas sin mucho pensar: ocho conciertos en ocho noches seguidas entre Bilbao, Sevilla o A Coruña, por ejemplo. Parecía que nos querían reventar, pero también nosotros nos dejamos llevar para aprovecharnos de la situación. Es que todo nos pilló de sorpresa, no lo esperábamos y se organizó una gira de modo precipitado. Queremos que ahora esté todo más planificado, hemos madurado y vamos a intentar hacerlo de otra manera".

Amores adolescentes

En sus nuevas canciones, Andy y Lucas siguen hablando de amores adolescentes. Mantienen las armonías vocales que les han llevado a ser comparados con Pecos: "Nosotros le añadimos el toque flamenquito, porque son nuestras raíces, pero nos encanta que nos comparen con ellos porque siempre les hemos admirado". Esta vez, no hay una letra de protesta explícita como en el anterior disco, que había una llamada de solidaridad hacia las mujeres maltratadas. "Está la de Andy", dice Lucas, que celebra el debú como compositor de su compañero. "Sí, Madre. Habla de chavales que creen que lo saben todo y no hacen caso a sus padres, y van por el camino chungo; o sea, la droga. No saben el daño que le hacen a una madre", dice el autor debutante, que no quiere competir con el talento compositor de Lucas: "Lo tengo complicado, él está a años luz".

Los dos siguen llevándose bien y compartiendo la misma aventura. Aseguran que la fama no les ha cambiado, aunque sí la vida. Lucas lo resume en una frase casi lapidaria: "Imagínate, hace un año conducía una vespino, y ahora tengo un BMW".

Andy y Lucas, en una imagen de promoción.
Andy y Lucas, en una imagen de promoción.
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