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Largas colas ante la obra de Gauguin y el retrato español en el Prado

Madrid muestra estos días largas hileras de visitantes de exposiciones. Las pictóricas atraen la mayor atención. Una de las más concurridas es Gauguin y los orígenes del simbolismo, que muestra en el Museo Thyssen-Bornemisza, del paseo del Prado, 8, y en la Casa de las Alhajas, de la plaza de San Martín, la obra del ex marino y pintor parisiense tan amante de la Bretaña y de Tahití. Su anhelo por pintar como los primitivos de la pintura resplandece en su Matamúa, emblema del gran artista que la Thyssen exhibe.

De la influencia gauguiniana sobre artistas españoles, como el escultor Paco Durrio, Pablo Picasso o Daniel Vázquez Díaz, se da cuenta también en la antigua sede del Monte de Piedad, frente a las Descalzas Reales. Muchas parejas con niños, tras contemplar los escaparates comerciales del centro, han aprovechado las útimas mañanas soleadas para admirar muchas de las 186 obras de Gauguin y de discípulos como Denis, Bernard o Maillol.

Otra de las muestras más visitadas es El retrato español, de Picasso al Greco, que en el Museo del Prado exhibe desde la dulzura de la infanta Margarita, hija de Felipe IV, con su miriñaque de terciopelo azul, hasta la belleza de la duquesa de Nájera, que, pese a haber sido retratada en el siglo XVII, bien podría haber posado anteayer mismo, por su modernidad.

Mientras, la Casa de Vacas del Retiro expone los premios BMW de pintura, el Museo del Ejército programa un concierto dominical de música de cámara de la España de Carlos IV.

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