Marchena lanza al Valencia
El cuadro de Ranieri juega otra vez mal, pero logra su octavo gol de estrategia y vence en Albacete
Sigue jugando mal el cuadro de Ranieri, pero ahora le ha cambiado el viento de la fortuna. Después de la tortura mental de 10 derrotas consecutivas, empieza a animarse con cuatro victorias seguidas y nadie sabe cómo ha sido. O tal vez sí. Ha cerrado a cal y canto su portería -magistral otra vez Cañizares- y atisba resquicios goleadores en su ataque, sobre todo en las jugadas a balón parado: ayer volvió a marcar tras un córner (Xisco), como en los dos goles de la semana anterior ante el Mallorca. Y ya son ocho los tantos consecuencia de la estrategia. También es cierto que algunos de sus jugadores comienzan a aproximarse a lo que se esperaba de ellos. Fiore, por ejemplo, que ayer, por fin, firmó una actuación acorde a su trayectoria: 40 veces internacional con Italia. Mucho más metido en el juego que en anteriores partidos, tanto en defensa como en ataque. Más fino física y técnicamente. Eso sí, de medio centro. O sea, como sustituto de Baraja, por mucho que Ranieri dijera el pasado domingo que no había quién sustituyera al "pobre Baraja".
ALBACETE 0 - VALENCIA 1
Albacete: Gaspercic; Gaspar, Rubén, Buades, Peña; Redondo, Viaud, Álvaro, Mark González (Francisco, m. 85); Pacheco; y Rubén Castro (Mikel, m. 55).
Valencia: Cañizares; Curro Torres, David Navarro, Caneira, Carboni; Rufete, Marchena, Fiore, Fabio Aurelio (Baraja, m. 83); Aimar (Mista, m. 72) y Di Vaio (Xisco, m. 72).
Goles: 0-1. M. 85. Marchena alcanza la línea de fondo y su centro atrás lo remata con la izquierda Xisco. El balón golpea en Álvaro y entra en la portería de Gaspersic.
Arbitro: Ramírez Domínguez. Amonestó a Viaud, Alvaro, Buades, David Navarro y Curro Torres.
Unos 16.000 espectadores en el estadio Carlos Belmonte.
Cañizares paró un disparo dificilísimo y Fiore, por fin, se acercó al nivel de su prestigio
Pues bien, ayer al menos sí lo hubo. Fiore actuó justo delante de Marchena, que resultó el hombre del partido. Decisivo tanto en el barrido en el centro del campo como en el único gol del encuentro: llegó por pura potencia donde casi nadie habría llegado -a la línea de fondo-, y su agónico centro atrás fue un caramelo irrechazable para Xisco, que suma ya dos tantos en la Liga desde que Ranieri lo rescatara del ostracismo. Coincidiendo, por cierto, con el resurgir del equipo.
Con el subconsciente en el Werder Bremen, que vapuleó ayer al Friburgo en la Liga alemana (0-6), Ranieri reservó a muchos de sus titulares y alineó una formación inédita que dibujó en el gráfico del choque picos muy intensos: empezó mal, mejoró al final de la primera parte, cayó en picado y voló en el último suspiro.
El Albacete fue mejor, tal y como reconoció después Ranieri. Dispuso de más y más claras ocasiones de gol. Las neutralizó Cañizares con un par de paradas dificilísimas. Sobre todo una: al disparo de Mark González raso, cruzado -de izquierda a derecha-, y fuerte, justo donde más duele a los porteros, respondió Cañizares con reflejos y agilidad supremas.
El partido fue jugado a tirones. Más frecuentes por parte del Albacete, que siempre contó con Mark González como referencia en el extremo izquierdo. Superó por velocidad a Curro Torres, aunque le faltó tranquilidad en los centros. Se precipitó. Tuvo el duelo en su bota zurda y lo desperdició. O se lo frustró Cañizares. El técnico del Alba, José González, cambió de ariete y de estilo en la última media hora: el grandullón Mikel suplió al menudo Rubén Castro. Y el Albacete rodeó a Cañizares con balonazos largos.
Languidecía el Valencia, retrocedía sin remedio, pero replicó a última hora Ranieri con unos cambios cruciales. Entraron frescos Baraja, Xisco y Mista y eso es mucho. Sobre todo por lo que respecta a Baraja, que dejó su sello en un par de largos cambios de orientación que sacaron a su equipo de la cueva. Y por Xisco, que le dio una chispa que no le podía dar, lógicamente después de casi dos años de lesión, Fabio Aurelio. Bastante hizo el brasileño con mantenerse en pie 83 minutos. De no romperse, es una gran noticia para el futuro valencianista.
El Valencia renació en este último tramo. De córner, naturalmente. El cuadro de Ranieri empieza a intimidar a sus adversarios con su fortaleza en las jugadas a balón parado. Se juntan Caneira, David Navarro, Marchena... Aprovecha su poderío físico y los ensayos de Paterna. Y el viento en la espalda, claro.
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