La diferencia de posiciones impide a Peralta y Alperi cerrar el conflicto del PP en Elche

Las conversaciones entre el secretario provincial del PP en Alicante, el consejero Miguel Peralta, y el alcalde de la capital, Luis Díaz Alperi, para cerrar la grave crisis del partido en Elche no lograron ayer resultado alguno. Los campistas, a través de Díaz Alperi, reclaman un acuerdo global para toda la provincia. Los zaplanistas, por su parte, consideran que lo prioritario es pactar una solución al conflicto de Elche antes del próximo jueves y luego están dispuestos a negociar sobre el resto de cuestiones. Siempre y cuando, el subdelegado del Consell en Elche, Manuel Ortuño, quede fuera de todo.

Las estrategias de uno y otro sector difieren no sólo en el fondo, sino también en la forma. Sin embargo, Miguel Peralta y Luis Díaz Alperi quedaron anoche en volver a conversar el jueves para intentar buscar una solución al conflicto desatado en Elche, en la que un nutrido grupo de militantes llegó a las manos y obligó a suspender el proceso de elección de compromisarios al congreso provincial que tendrá lugar a mediados de diciembre en Altea.

Por un lado, los zaplanistas -tal y como anoche expresó el candidato a la presidencia provincial del PP de Alicante, José Joaquín Ripoll- quieren que no se les identifique por su afinidad con el portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana, sino por su adscripción geográfica de "alicantinos". Por otro, la estrategia fijada por Ripoll y el actual secretario provincial del PP, Miguel Peralta, consiste en llegar a un acuerdo sobre la elección de compromisarios en Elche antes del viernes, tal y como se comprometieron con el secretario general Ángel Acebes. Un acuerdo que se basa en la exclusión irrenunciable de Ortuño a figurar como compromisario y en negociar en días posteriores la integración de los campistas en la candidatura al congreso provincial o las garantías de gobernabilidad en el Ayuntamiento de Alicante.

Por su parte, los campistas -que ayer fijaron su posición en una reunión en la que participaron Francisco Camps, Milagrosa Martínez, Adela Pedrosa y el propio Luis Díaz Alperi- quieren aprovechar el plazo fijado por Ángel Acebes para lograr un acuerdo global en toda la provincia. Fuentes campistas indicaron que, en tanto en cuanto se mantengan las presiones de los zaplanistas, será prácticamente imposible buscar una salida para Manuel Ortuño -que ha sido uno de los arietes del presidente regional del PP en la provincia-.

Además, los campistas insisten en reclamar, tal y como propusieron con nulo éxito en la elección de los compromisarios de la ciudad de Alicante, una lista de integración al congreso provincial al 50%. Un porcentaje que están seguros de representar, pero que los zaplanistas consideran descabellado.

También en la Diputación de Valencia se dejan sentir las consecuencias de la crisis de los populares. El presidente de la Corporación provincial, Fernando Giner, ha perdido casi todos los apoyos dentro de su propio grupo, donde sólo dos diputados de un total de 15 le permanecen fieles. Poco antes del congreso regional, Giner anunció su pretensión de presentarse a la presidencia provincial del PP de Valencia, pero, a la vista de los escasos apoyos con que contaba para ser elegido -el otro aspirante, Alfonso Rus, tiene el respaldo de Camps-, reconsideró su decisión. Y ahora, en el propio Grupo Popular se cuestiona su continuidad al frente de la Diputación.