"El Bernabéu pesa mucho"

"Aunque lo hayan jugado y ganado todo, los jugadores son personas, y a las personas les afectan los pitidos... El Bernabéu pesa mucho. Los jugadores están con exceso de responsabilidad, con muchas ganas de hacerlo bien porque las críticas duelen". Cariacontecido por el resultado, sabedor de la oportunidad perdida, Mariano García Remón, el entrenador madridista, aseguró que la presión que sus jugadores sufrieron en la que en teoría es su casa fue determinante. Al menos en la primera parte.

"Hemos entrado al partido con un exceso de responsabilidad, y se notaba que el conjunto no funcionaba. Sí, hemos tenido problemas de juego, pero todo motivado por el nerviosismo", afirmó García Remón, que se mostró aliviado "por recuperar anímicamente" a sus hombres en el descanso.

Fue el momento clave del partido, con el gol de Berbatov todavía muy cercano. "En el descanso lo veíamos todo muy negro; veíamos que no había juego, que el balón no circulaba, que la defensa estaba más atrás de donde debía; en algunos momentos el equipo dio sensaciones de estar entregado", recalcó el entrenador del conjunto madrileño.

García Remón insistió en que todo sigue en el aire y más se perdió en las Filipinas. "Tenemos que mejorar en muchas facetas del juego, pero nos vamos tristes porque hemos merecido ganar este partido, incluso por un resultado de 4-1 o 4-2, si así hubiera sido, nadie habría pensado que era una injusticia; pese a todo, seguimos dependiendo de nosotros. Lo teníamos mucho más difícil cuando perdimos el primer partido", remachó.

"Nuetra primera parte ha sido horrible, y teníamos la oportunidad de estar tranquilos un mes y medio, hasta la vuelta de la competición en el mes de febrero, pero...", reconoció Iker Casillas, vendido en el gol del Bayer.

Mientras que el Dinamo de Kiev y el conjunto alemán medirán sus fuerzas el 8 de diciembre en el BayArena, el Real Madrid necesita ganar en Roma en la última jornada de la Liga de Campeones para asegurarse el pase a los octavos de final del torneo, ya con formato copero. "Es factible, podamos ganar en Roma", indicó García Remón. "Vamos a ir a ganar. La pena es que nos lo tengamos que jugar en el último partido después del segundo tiempo que se ha hecho y las ocasiones que ha habido para remediar la situación que ahora tenemos".

Zinedine Zidane declaró tener la consigna para llevarse el triunfo del Olímpico de Roma: "Hay que jugar como en el último tramo de este partido". Lo mismo dijo Michel Salgado, que reconoció que "habían salido con cierta ansiedad" y que el partido había sido "muy aventurero".

García Remón no quiso cuestionar el trabajo de Samuel en la zaga -"nunca individualizo los errores", dijo- y tampoco quiso entrar al trapo de los supuesta negación de Michael Owen a saltar al campo ya en el descuento. "Por favor, por favor, me parece increíble que se diga eso, si Owen es un jugador sensacional y una mejor persona", respondió visiblemente indignado; "si al final no he realizado el cambio es porque no quería romper el ritmo de juego, si hubiera sido para perder tiempo lo habría hecho incluso 15 minutos antes".

En la vorágine final, en los tomas y dacas que intercambiaban Real Madrid y Bayer, Solari, Celades y Owen calentaron por la banda y, cuando parecía que el técnico asturiano iba a realizar su último cambio, todo se quedó en nada. "No lo voy a volver a repetir, el partido ha sido algo más que lo ocurrido el último minuto, y si he cambiado a Beckham al principio de la segunda parte ha sido por medida táctica, no por una cuestión física", señaló García Remón. El relevo del capitán de la selección inglesa, fuera del tipo que fuera, lo aprovechó la grada para ensordecer al británico y aplaudir la entrada de Fernando Morientes, con el favor de la hinchada, medido en decibelios, claramente de su parte. "Tampoco voy a entrar en eso", concluyó García Remón.

Más feliz, su homólogo alemán, Klaus Aunghentaler, dijo que venía a empatar el encuentro y cumplió su promesa. Felicitó a sus jugadores porque "jugaron muy bien, como un solo hombre, un bloque", aunque se lamentó de que al final no materializaran las ocasiones que tuvieron para llevarse el triunfo.