La NBA impone su ley más dura
Nueve jugadores, sancionados con 142 partidos en total tras la pelea de Detroit, entre ellos Artest, castigado con 72 y con la pérdida de cinco millones de dólares
Si la NBA buscaba dar un mensaje a los jugadores y a los hinchas tras la dantesca pelea que protagonizaron los Pacers de Indiana y los aficionados de los Pistons de Detroit en el Palacio de Auburn Hills, de Michigan, lo han conseguido. El comisionado de la Liga, David Stern, el hombre que ha dirigido el baloncesto profesional norteamericano con brazo de hierro durante los últimos 20 años, esperó menos de 24 horas para señalar a los culpables. Los pacers Ron Artest, Stephen Jackson y Jermanine O'Neal y el pívot pistons Ben Wallace eran suspendidos indefinidamente hasta que se oficializara el castigo. Al día siguiente, Stern aparecía ante los medios de comunicación para decir lo que el país deseaba: los jugadores fueron los únicos culpables de lo sucedido, dejando impunes a los hinchas, que no dejaron de lanzar objetos y desafiar a los Pacers durante toda la pelea.
Stern dijo lo que el país deseaba: los culpables fueron los baloncestistas, no los hinchas
Artest, el primero en saltar a las gradas, era suspendido por lo que resta de temporada; Jackson y Jermaine O'Neal no jugarán hasta enero, tras ser castigados con 30 y 25 partidos respectivamente, mientras Wallace, agresor de Artest en la pista, se perderá seis. Cinco jugadores más de Indiana y Detroit eran también penalizados con sanciones que van desde los cinco partidos hasta uno.
Clásicos de la NBA como Charles Barkley y Alonzo Mourning mostraron el clásico desprecio que expresan los jugadores por la NBA criticando duramente las fuertes sanciones y mostrando su apoyo a sus colegas de Indiana. "Cualquier jugador tiene el derecho de responder a la agresión de un fan. Artest actúo como lo habría hecho cualquiera", declaró Barkley, que en una ocasión escupió a un aficionado cuando vestía el uniforme de los Sixers de Filadelfia.
El sindicato de jugadores y los Pacers de Indiana apelarán las sanciones, cuyo plazo para hacerlo caduca tras una semana. Aunque pocas opciones tienen de vencer en un país donde las reglas se cumplen a rajatabla y el sistema de apelaciones es tan sólo un pequeño obstáculo para que así sea.
Lo cierto es que Artest parecía buscar una sanción ejemplar desde hace años. Entre la Liga y sus equipos, ha sido suspendido en 15 ocasiones por cuestiones que van desde agredir a los contrarios hasta desafiar verbalmente a Pat Riley cuando era entrenador de Miami Heat.
La rapidez con la que la NBA respondió a los incidentes no deja de demostrar el miedo que siente Stern por proteger la imagen de la Liga. Las imágenes que todo el mundo vio suponen el capítulo mas triste de su larga trayectoria como comisionado, en la que entre sus logros se encuentra crear el partido del All-Star como se conoce hoy, un espectáculo de tres días de duración en el que los hinchas y los jugadores confraternizan en una ciudad.
Stern no aludió al amplio historial de Artest para castigarlo con tanta severidad, pero si a alguien tiene cruzado ése es el alero de los Pacers. Muchos intentos ha hecho la Liga por ayudarle, como incluirle en un anuncio de televisión promocional de la NBA este verano, con la intención de que se sienta arropado por la Liga.
Tras revisar el caso de Eric Cantona, el futbolista francés que atacó a un aficionado del Crystal Palace hace casi diez años, Stern siguió el ejemplo de sus colegas de la Premier League y lo sentó por lo que resta de temporada. Además, al cubrir las sanciones el sueldo de los jugadores, Artest dejará de cobrar cinco millones de dólares mientras que O'Neal perderá otros cuatro.
Con vistas al futuro, el brillante futuro de los Pacers en la Conferencia Este se oscurece. Durante los próximos 25 partidos, Indiana cuenta con tan sólo seis jugadores, algunos con escasa experiencia en la NBA.
Por lo que respecta a los fans, Stern no sólo parece dejar impunes a los hinchas, sino que no ha mostrado oposición ante las intenciones de ciertos aficionados de denunciar a los jugadores que protagonizaron el incidente.
Las reglas que rigen el comportamiento de los hinchas cambiarán tras el triste episodio del viernes. Ya existe una propuesta para suprimir la venta de alcohol en los recintos deportivos tras el final de la primera parte mientras que los aficionados con intención de saltar el terreno de juego pueden ser perseguidos judicialmente tras la implantación de la Ley de Calvin Klein hace cuatro años. El famoso modista saltó a la cancha de los Knicks de Nueva York con la intención de hablar con el por entonces jugador de los Knicks, Latrell Sprewell. Klein pasó dos días en la cárcel.
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