El Racing malgasta su artillería ante un rácano Osasuna

Sin más argumentos que los primarios, Osasuna consiguió robar un punto de El Sardinero a salto de mata. Maximizó hasta el extremo su única oportunidad de gol, luchó con denuedo para frenar los arreones del Racing y disfrutó de un resultado inexplicable a la vista de los datos. Por el contrario, el Racing dominó el balón, dispuso de las oportunidades e impuso el ritmo del partido hasta que las fuerzas le flaquearon en el último tramo. Sin embargo, su enigmática relación con el gol le condena a sufrir en el limbo durante toda la temporada.

Como los amnésicos, los jugadores de Javier Aguirre han olvidado las lecciones de su entrenador de las dos últimas temporadas. Si durante el curso pasado los navarros se jactaban de escribir frases subordinadas de pases y ocasiones, en la actualidad se limitan a escribir cuadernillos de ortografía con las instrucciones básicas del juego. Si, además, en el campo no se encuentran los delanteros titulares, Milosevic y Aloisi, las posibilidades de sobrevivir al caos son ínfimas. Ayer lo consiguieron gracias a una de las pocas oportunidades en las que Valdo y Morales fueron vistos. El extremo leonés colocó un pase en el borde del área pequeña que Chengue Morales, gracias a su descomunal estatura, cabeceó a las mallas.

Después, llegó el monólogo local. En primera instancia, Anderson, desde 30 metros, soltó un espectacular latigazo que se estrelló contra la meta navarra. El rechace, empalmado por Javi Guerrero, se encontró con la cabeza del central Josetxo, que impidió el gol. Eran los dos primeros avisos antes de enfilar el camino del túnel de vestuarios, pero todo un presagio. Tras el descanso, el aluvión blanquiverde fue brutal. Sin tiempo para colocarse sobre el césped, Parri ametralló a Elía con tres tiros consecutivos (tiro, parada, tiro, parada, tiro) y Pedro López trató de colocar la puntilla con la cuarta intentona, pero el meta volvió a desbaratar la oportunidad con una actuación que bien podía haber sido castigada con penalti, ya que arrastró al lateral en su salida desesperada.

Con el tembleque en el cuerpo de los osasunistas, la siguiente jugada fue la definitiva. Una incursión por la izquierda del Racing acabó con un pase raso al área pequeña que entre Josetxo y Corrales no fueron capaces de despejar.