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Crítica:KIA OPIRUS 3.6 V6 EX | PRUEBA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El Mercedes coreano

A primera vista parece una imitación del Mercedes y en cierta forma lo es. Se llama Opirus y es el modelo superior de Kia, una berlina grande con detalles sofisticados que destaca por su competitivo precio. Cuesta 30.000 euros e incluye un motor 3.5 V6 de gasolina con cambio automático secuencial de cinco marchas, un interior amplio y elegante, y una dotación de serie espectacular, tanto en seguridad (ocho airbags, ABS y ESP) como en confort (suspensión electrónica, asientos eléctricos y calefactados, tapicería de cuero...). Y es la alternativa oriental a las grandes berlinas europeas de los fabricantes populares.

Estética Mercedes

Más información
Mínimo esfuerzo

El Opirus es un modelo de prestigio que busca reforzar la imagen de marca de Kia, identificada en Europa con los coches pequeños y baratos. Mide 4,97 metros de largo, casi como los Audi A8 o Mercedes S, pero en la práctica no compite con estos coches, que cuestan más del doble en sus versiones básicas (desde 70.000 euros). Sus rivales son en realidad las grandes berlinas de los fabricantes europeos generalistas (Renault Vel Satis y Peugeot 607) y también los modelos superiores de las marcas de países emergentes (Hyundai XG y Skoda Superb). Y es más barato que todos ellos.

El nuevo Kia tiene una imagen curiosa y sorprendente, sobre todo en el frontal, que reproduce con gran similitud el estilo del Mercedes Clase E: parrilla vertical grande con cuatro faros redondos, dos a cada lado. El lateral presenta el diseño habitual de las berlinas, con cuatro puertas de tamaño generoso que facilitan el acceso. Y la zaga tiene unas formas más redondeadas, con unos pilotos que recuerdan al Lexus y el estilo clásico de los coches grandes orientales.

Aunque por delante parece una copia del Mercedes, el conjunto aporta una estética llamativa, elegante y también algo pretenciosa. Puede tener cierto gancho comercial para las flotas gubernamentales y las clases pudientes de los países en desarrollo, y también aspira a conquistar a los clientes europeos que quieren disfrutar las comodidades de las berlinas de lujo con un desembolso asequible.

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Amplio y elegante

El interior del Opirus cuida el confort de todos los ocupantes, tanto delante como atrás. Su gran tamaño permite ofrecer un habitáculo y un maletero muy amplios que refuerzan sus aptitudes como coche familiar para hacer viajes largos. Así, delante ofrece dos buenas butacas de piel con regulación eléctrica y atrás tiene un espacio muy generoso, tanto en altura como en espacio para las piernas. Todos los asientos llevan calefacción y permiten viajar con comodidad. Y cuenta con suficientes huecos para objetos, entre los que destacan un portagafas en el techo, varias repisas en la consola central, dos posavasos detrás del cambio y dos apoyabrazos, el delantero compartimentado en dos alturas y el trasero con guantera y dos posavasos.

Aunque por dentro no presenta el diseño exquisito de las grandes berlinas alemanas, ofrece una resolución atractiva y cuidada. Así, aplica plásticos en tono gris oscuro en la zona superior del salpicadero, un resalte de madera en el medio y plásticos en color gris claro en la zona inferior.

El resultado es un ambiente elegante y acogedor que se completa con una convincente sensación de solidez. Pero también hay algunos mandos de aspecto mejorable y se echa de menos un mejor aislamiento: aunque la mecánica es silenciosa, deja pasar algunos ruidos aerodinámicos y de rodadura. En cambio, las suspensiones electrónicas son cómodas y tiene un tacto refinado que permite viajar con confort.

Versión única

El Kia Opirus se vende sólo con un motor 3.5 V6. Cuesta 30.000 euros; aparte de su ajustado precio, el mejor argumento es el completo equipo de serie, que incluye de todo: ocho airbags, ABS, ESP, climatizador, cambio secuencial, tapicería de cuero, asientos delanteros eléctricos y calefactados (también atrás), faros de xenón,

ordenador de viaje, suspensión electrónica, sensores traseros de aparcamiento, radio-CD y todo lo habitual. Además, hay un Pack Luxe con navegador y llantas de 17 pulgadas (5.000 euros).

Conclusión

El Opirus es una berlina de lujo con la mejor relación entre precio, tamaño y equipamiento del mercado. Tiene un interior amplio y vistoso, un motor V6 que corre lo suficiente y un comportamiento correcto. Y sobre todo incluye un equipo de serie muy sofisticado a unos precios sin competencia.

En la imagen del Opirus destaca el diseño del frontal, que integra una parrilla y unos faros redondos casi idénticos a los del Mercedes. En cambio, el diseño de la zona trasera es más convencional y algo anodino.
En la imagen del Opirus destaca el diseño del frontal, que integra una parrilla y unos faros redondos casi idénticos a los del Mercedes. En cambio, el diseño de la zona trasera es más convencional y algo anodino.CÉSAR LUCAS ABREU

PRECIOS SIN COMPETENCIA

No hay ningún coche con el tamaño del Opirus que tenga unos precios tan competitivos. El único que se le acerca es el Skoda Superb, pero sale 2.700 euros más caro. Ofrece unas prestaciones algo superiores, pero viene de serie con dos airbags menos y el equipamiento no es tan completo.

El Hyundai XG, hermano gemelo del Kia (comparten la mecánica), cuesta 4.150 euros más, pero incluye sólo cuatro airbags y no lleva el ESP ni otros detalles. La diferencia con el imponente Chrysler 300 C sube casi a 7.500 euros, y aunque el modelo americano viene con tapicería de cuero, sólo incluye cuatro airbags, no tiene ESP y monta un cambio automático de cuatro marchas que penaliza las prestaciones. Por último, el Peugeot 607, la alternativa europea, cuesta 13.400 euros más, una diferencia astronómica que tampoco se justifica con el equipamiento de serie.

GRANDE, VISTOSO Y APARENTE

Al igual que sucede con el frontal, el interior del Opirus también recoge detalles inspirados en el Mercedes, como los mandos para regular los asientos delanteros. Las combinaciones de tonos en los plásticos, las maderas claras y los detalles metalizados crean un ambiente elegante y vistoso. Y se repiten en los paneles de las puertas, el volante y la palanca de cambios aportando un toque de buen gusto. Además, tanto el salpicadero, que integra la pantalla del navegador, como la consola central, los asientos y las tapicerías de piel, tampoco desentonan frente a las grandes berlinas europeas. En cambio, hay detalles mejorables, como los mandos de los intermitentes o el equipo de música, que no forma parte de la consola central, lo que facilita el robo.

Las plazas traseras son muy amplias y cómodas, incluyen calefacción en los asientos y cuentan con un cenicero metalizado en cada puerta y un práctico apoyabrazos central con posavasos y repisa para objetos. Además tienen suficiente altura y espacio para estirar las piernas.

El maletero es muy amplio (504 litros) y cuenta con una boca de carga generosa y unas formas cuadradas bastante aprovechables. Y en la zaga, de aspecto clásico, sólo llaman la atención los pilotos, pero el resto es bastante impersonal.

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