"La FIFA debe hacer algo contra el racismo en España"
Eriksson dice que es necesaria una respuesta institucional a las manifestaciones del público contra los jugadores negros
Hubo muchos partidos paralelos en el partido de fútbol que se jugó ayer. Joaquín vivió su partido particular, enfrentado a Rooney. La selección inglesa jugó su otro encuentro de graves errores tácticos en defensa, según su entrenador, Sven Goran Eriksson. Xabi Alonso completó el partido que lo dejó satisfecho, por fin en la selección, "porque nos apropiamos del balón y lo movimos muy rápido". Pablo, central del Atlético, se retiró sonriente tras su "gran debú". Y Luis Aragonés vivió en un partido en el que prefirió no hablar de los hinchas españoles que discriminaron a los futbolistas ingleses de color profiriendo gritos como simios. El seleccionador español, que se ha metido en un charco muy viscoso, prefirió escurrir el bulto del racismo justo en el momento en que era necesario que no lo hiciese.
"¿Qué le parecieron los cánticos racistas de la afición?", le preguntó un periodista inglés al técnico de Hortaleza. Media hora antes, cada vez que Wright Phillips tocó el balón, o cada vez que lo tocó Cole, o Jenas, miles de aficionados españoles entonaron un cántico de sonidos guturales, imitando monos. Allí había miles de hinchas españoles, mayoritariamente de Madrid, y mayoritariamente muy jóvenes y de clase media-alta. Se pasaron todo el partido empeñados en denigrar a todos los jugadores negros para que jugaran incómodos. Uno de ellos, Jenas, se manifestó triste: "Es decepcionante que existan estas manifestaciones de racismo en el fútbol. En la selección inglesa llevamos una camiseta con una manifestación contra el racismo explícita. Entrenamos ayer con ella y esperamos otra reacción de la gente".
Luis Aragonés, que hace un mes llamó "negro de mierda" a Thierry Henry "para motivar" a Reyes, según su justificación, había calentado el ambiente del partido de ayer enfrentándose a los periodistas ingleses que le pidieron más explicaciones. Para defenderse, Aragonés llamó racistas a los ingleses de "las colonias". Ayer, tras el partido, prefirió no decir nada: "Sin comentarios; sólo hablaré de fútbol". Varios periodistas ingleses se quejaron: "¿Cómo no va a hablar de eso? ¿Y qué va a declarar la federación española?". Fernando Garrido, jefe de prensa de la federación habló junto al silencioso seleccionador: "Esto es una campaña orquestada contra el señor Aragonés".
Hablando de fútbol, Aragonés opinó sobre el partido que ganó Serbia-Montenegro en el grupo de clasificación que comparte con España, para el Mundial de 2006: "Me preocupa la victoria que ha obtenido Serbia esta noche [por ayer] sobre Bélgica, porque se va a instalar en el liderato del grupo y vamos a tener que pelear con ellos".
Además de mostrarse hondamente constreñido por el "error táctico" que permitió que Inglaterra concediese un gol de cabeza a Del Horno cuando había once ingleses defendiendo en su área, Eriksson se manifestó contra el racismo. El técnico sueco habló como lo hacen los finos diplomáticos cuando están muy molestos: "Hay que presentar una protesta pero a nivel institucional. Yo presento mi visión personal. Esto ha ocurrido en Inglaterra con la afición del Arsenal y se han tomado medidas. Porque suponen pérdidas económicas pero, sobre todo, hacen que el equipo involucrado pierda crédito. Esto es lo más grave y algo se tiene que hacer pero no sé cómo. Corresponde a la federación española, a la UEFA o a la FIFA".
"Estoy decepcionado por el juego que hemos hecho", dijo Eriksson, sobre su equipo. "En la primera parte no hemos tenido la pelota, en la segunda no hemos sabido conservarla, y luego hemos tenido un par de oportunidades para marcar pero no lo hemos hecho".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.