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Reportaje:

La utopía de una "educación para todos"

El presidente de la Sociedad Española de Historia de la Educación pide un pacto que garantice un "servicio público" de calidad

El siglo XX representa en España la entrada de lleno en la "modernidad". Aunque, en opinión del catedrático y presidente de la Sociedad Española de Historia de la Educación, Antonio Viñao, la "modernización, social, económica y, por ende, educativa" no ha acabado con las "desigualdades" entre ciudadanos ni con la hegemonía de la Iglesia Católica sobre el sistema educativo español. "A día de hoy el único subsistema educativo claro que existe es el que la Iglesia tiene o gestiona a través de los centros privados financiados con fondos públicos", sostiene Viñao, con un fuerte acento crítico.

"Esto hace que 25 años después de los Pactos de la Moncloa estemos discutiendo de los mismos temas", afirma en abierta referencia a la actual ofensiva -"a través de sus patronales y sindicatos"- que está ejerciendo la jerarquía católica en contra del modelo educativo aconfesional que se propone aplicar el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. Un modelo laico -que respete incluso los acuerdos alcanzados con la Santa Sede en 1979 relativos a la enseñanza de la Religión- pero cuya "ambigua" redacción constitucional hace que, en su opinión, de manera recurrente se reabra la misma discusión desde "una interpretación neoconservadora por parte de sectores duros del PP y de la propia jerarquía católica".

Pese a que Viñao reconoce los grandes avances logrados en su reciente estudio Escuela para todos. Educación y Modernidad en el siglo XX (Marcial Pons Editores) -donde los datos hablan por sí solos de cómo "en un siglo se ha pasado de poco más de 32.000 alumnos matriculados en bachilleratos a los 3.000.000 matriculados en enseñanzas medias"- el autor se declara "escéptico" respecto "a la posibilidad de alcanzar un gran pacto social y político en materia de educación" a raíz del debate educativo abierto en este momento tras la decisión del Gobierno de decretar la suspensión cautelar de la Ley Orgánica de Calidad Educativa (LOCE) -aprobada por el anterior Ejecutivo del PP- que tenía un fuerte componente "privatizador".

Viñao explicó ayer, en una conferencia pronunciada en la sede del PSPV-PSOE en Valencia, que si bien España ha avanzado en tres cuestiones clave -la alfabetización, la escolarización regular y obligatoria entre los 4 y 16 años, y la feminización (la incorporación de la mujer al sistema educativo con éxito)- los grandes problemas prevalecen. Es decir, "las desigualdades educativas derivadas del origen social o del lugar de residencia, o la posición hegemónica de la Iglesia Católica en el sistema educativo". Un contexto al que se añaden, además, los "problemas nuevos" surgidos de los grandes cambios sociales como son: "el fenómeno de la sobreinformación que produce un efecto de neoanalfabetismo (todavía aún por medir,)"; los nuevos movimientos migratorios; o las desigualdades generadas con la implantación de Internet y la llamada sociedad de la información. Elementos nuevos que, según Viñao, no sólo no han reducido las desigualdades sociales de partida, sino que incluso las han aumentado.

En este contexto, este experto en pedagogía considera necesario "ir hacia un nuevo pacto social y político que subordine el derecho a la creación y a la elección de centros docentes a la construcción de un modelo de sociedad no excluyente, ni polarizada, más cohesionada y solidaria, que priorice los derechos humanos". Propugna un amplio acuerdo "a tres bandas" -en el seno del Consejo Escolar del Estado, con todas las organizaciones sociales; un pacto entre el Estado y todas las Comunidades Autónomas, y un gran pacto político en el Parlamento- que "ponga las instituciones educativas al servicio de la ciudadanía, por encima de idearios e ideologías partidistas". Es decir, reconoce la "utopía" de "una escuela para todos".

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