Una epidemia de peste en la Sevilla del siglo XVI

Hija de la Iglesia es una nueva novela histórica que añadir a un género que parece gozar de una tremenda aceptación de público en España. La ha escrito Fernando de Artacho y la acaba de publicar en Córdoba la Editorial Almuzara.

Escribía recientemente el novelista José María Guelbenzu sobre el auge de la novela histórica. "La estadística ha hablado claro: casi tres cuartos de los lectores de libros de nuestro país se inclinan hacia la novela y, de ellos, la mayoría se decanta por los libros 'históricos' y 'de misterio o intriga'. El fenómeno ha hecho surgir nuevos autores que copan las listas de ventas, pero también ha modificado la escritura de los habituales a los concursos literarios: entre los originales presentados a los diversos premios abundan novelas históricas y de intriga. No se sabe si es el mercado el que selecciona o son los autores los que se adaptan al mercado, pero cabe concluir que, en todo caso, los autores van a remolque de los gustos del público, no por delante", escribía Guelbenzu el pasado martes en un artículo publicado en este diario.

Artacho aporta, pues, su grano de arena al género histórico. Hija de la Iglesia transcurre en la Sevilla de finales del siglo XVI. Una epidemia de peste se ceba con los habitantes de la rica Puerta de Indias. El pueblo culpa a los clérigos de este mal por la vida relajada que llevan. Una aparición satánica rompe la armonía del Monasterio de Santa Águeda, el más ilustre y noble de Sevilla. El inquisidor mayor del reino se traslada a la ciudad para presidir la investigación de lo que ha ocurrido en el monasterio. Nobles, espadachines, eclesiásticos y rufianes se mueven por cárceles, palacios, iglesias y burdeles en una intriga llena de peripecias.

Fernando de Artacho y Pérez-Blázquez (Sevilla, 1960) es licenciado en Derecho por la Universidad Hispalense. Ha publicado más de media docena de libros, entre los que destacan Los Caballeros Veinticuatro del Puerto de Santa María, Padrón de Nobles e Hijosdalgos de la ciudad de Sevilla en el siglo XVIII y La Nobleza sevillana a través del Privilegio de Oratorios.