El golpe mediático de Camps
El presidente de la Generalitat y candidato a liderar el PP regional organiza un acto "a la americana"
Francisco Camps, candidato a la presidencia regional del PP, ofreció ayer, arropado por los miembros de su Gobierno, una puesta en escena en el Palau de la Música de Valencia, con el propósito de proyectarse como candidato a la presidencia en el congreso regional del PP, al que la formación llega dividida, y destacar los logros de su año y medio de gobierno.
Rodeado por unos 350 representantes de la sociedad civil, sentado sobre una silla giratoria y sin papeles ni pinganillo a mano, Camps se sometió a las preguntas de la sociedad civil. Un formato que los colaboradores de Camps catalogaron ayer de "muy anglosajón" y que, con la distancia debida, tiene un precedente en la BBC británica que, cuando la actualidad lo exige, somete al primer ministro Tony Blair a un interrogatorio en el que participan un grupo de invitados, generalmente críticos con la postura gubernamental. El presidente catalán Pasqual Maragall se estrenó precisamente el pasado julio en TV-3 con un programa en esta línea donde respondió a las preguntas de ciudadanos catalanes.
El candidato Camps promete que no se alejará ni un milímetro de la realidad
El presidente de la Generalitat, situado en el centro de la escena y con un botellín de agua por todo mobiliario -el calor que desprendían los potentes focos era abrasador- describió la etapa que encara como "apasionante" y reconoció su deseo de "seguir liderando el PP para estar al servicio de la sociedad". Entre el público se encontraban, además de los políticos populares, representantes de colectivos de otras razas y religiones, así como un nutrido grupo de cargos empresariales, dirigentes agrícolas, artistas y portavoces de asociaciones de mujeres, discapacitados, jóvenes, mayores y amas de casa, entre otros.
"Nos dirigimos a las consejerías y les pedimos las 30 personas más representativas de cada departamento. Luego nos llegaron peticiones de asistencia", explicó uno de los colaboradores de Camps sobre la selección del público. "Es un acto sin red y sin preguntas preparadas", apostilló.
Camps echó mano en sus respuestas de un tono coloquial e incluso recurrió al tuteo cada dos por tres en un acto donde sólo se oyó el castellano a pesar de que la iniciativa tenía el eslogan de Parlem. Sólo dos o tres preguntas se formularon en valenciano.
Le interpelaron sobre temas variados. Un autónomo le preguntó por las dificultades que atraviesa el sector textil a causa de la competencia asiática. Una votante del PP, así se presentó ella misma, le interpeló acerca de qué iba a hacer para pacificar el PP. "Cada vez que voy a votar lo paso francamente mal, porque conozco y quiero a personas de uno y otro lado", dijo. "Tarde o temprano estaremos en lo que tenemos que estar, que es seguir trabajando juntos", contestó Camps.
A Eladio Aniorte, dirigente agrario de Alicante, no le dolieron prendas en decirle al presidente que parecía que la defensa del trasvase "se había deshilachado un poco" y le urgió a no bajar la guardia. Un dirigente del Comité de Entidades de Representantes de Minusválidos de la Comunidad Valenciana (Cermi) solicitó a Camps que los programas de ayuda a este colectivo pasen de ser simples subvenciones a derechos reconocidos en el Estatut de Autonomia, a lo que Camps recordó que se han construido nuevos centros para estos colectivos e insistió en que 78 de cada 100 euros del presupuesto de la Generalitat se destinan a políticas sociales.
Uno de los momentos de más expectación lo provocó el ingeniero Juan Broseta, que preguntó al presidente por la baja licitación de la Administración valenciana y la opacidad de los concursos de obra pública. "Es muy duro lo que ha dicho. En cuanto salga de aquí voy a preguntar por ello". También recurrió a una salida parecida cuando una mujer guineana le preguntó cómo evitar el maltrato de que son objeto sus hijos en los colegios valencianos. "Lo primero decírmelo a mí. Tomo como mía esta cuestión y más tarde hablaré con el consejero de Educación para que se ponga en marcha", atajó.
La financiación universitaria, la ampliación del IVAM, la pasarela del Carmen, la creación de la Orquesta Sinfónica, la mejora de las relaciones con los países del Este, la transferencia tecnológica a las empresas, los campos de golf y de naranjos o la seguridad ciudadana, por la que preguntó un empresario de comarcas, o las torres de Calatrava... Así hasta 26 cuestiones que el político popular afrontó o pasó de puntillas a su propio criterio.
"Pretendo estar cerca de la gente y no alejarme ni un milímetro de la realidad. Esto no pretende sustituir nada. Seguiré yendo los jueves al Parlamento y quiero que los diputados me puedan preguntar a bote pronto", manifestó Camps a modo de despedida de un acto que aseguró repetirá.
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