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Columna
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La cartera

Seis semanas han tardado los miembros del tripartido de Ronda, formado por PA, GIL y PP, en aprobar la primera iniciativa de calado político en la localidad: ponerse un sueldo y aumentar en un 54% el coste de la nómina de la corporación. Los 12 ediles del pacto avanzan sin fisuras. Después de más de un mes de gobierno, siguen de acuerdo a la hora de proponer las prioridades del mandato. Hubo unanimidad interna para desbancar al PSOE de la alcaldía y repiten disciplina de voto para fijar lo que deben cobrar cada uno.

El PP es socio del GIL en Ronda, el único municipio donde el partido político que creó el ex alcalde de Marbella mantiene sus siglas. Los tres ediles populares están expedientados por ello. El expediente no deja de ser curioso. El mismo día que se anunció su apertura, se adelantó el cierre. No serán expulsados, avanzó el presidente del PP en Málaga, Joaquín Ramírez.

Ronda es un caso paradigmático de la relación del PP con el GIL. Este último partido se presentó por primera vez a las elecciones en esta localidad en 1999 y fue la lista más votada, pero no logró la mayoría absoluta. PSOE, PP e IU suscribieron un acuerdo por el que los cabezas de lista de las dos primeras formaciones políticas ocuparon dos años cada uno la alcaldía. En esa legislatura el PP tuvo un alcalde por la vigencia del pacto anti GIL y ahora, en la siguiente y tras respaldar la moción de censura contra su anterior socio, tiene tres concejales en el equipo de gobierno con un acuerdo con los gilistas.

Los concejales del GIL están sucediendo a su mentor y en el camino se ha diluido el pacto que alcanzaron los partidos democráticos para poner coto a sus prácticas políticas. Esta formación nunca hizo ascos al transfuguismo y su presencia va aparejada a la inestabilidad y al oscurantismo urbanístico. Los herederos del GIL no solamente siguen gobernando Marbella. Siguen campando en Estepona, con el PSOE; en Manilva con Izquierda Unida; y en San Roque y la Línea, integrados en el Partido Popular. Allí donde están, siempre hay sombras de sospecha. Que la primera medida del nuevo gobierno municipal de Ronda haya sido llevarse la mano a la cartera, no contribuye a despejarlas.

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