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Signos

Tres décadas de compromiso escénico

El grupo Teatro Arena de Torreperogil cumple 30 años, en los que ha estrenado 64 montajes

Ginés Donaire

Fue un mes de septiembre de 1974 cuando un grupo de locos por el teatro se reunían por primera vez en las aulas del colegio Lope de Vega de Torreperogil (Jaén) y comenzaron a ensayar textos de Brecht, Sartre, Casona o Arrabal. Fueron proyectos de teatro independiente que, en todo caso, no pudieron ver la luz hasta cinco años más tarde. Fue el 6 de septiembre de 1979 cuando se certificó el nacimiento de Teatro Arena. Su primer montaje fue El retablo, con textos clásicos de Lope de Rueda, al que siguió Las bicicletas, una obra corta de Antonio Martínez Ballesteros. Ahí nació un colectivo, aficionado en principio, una empresa ahora, que ha heredado una larga tradición teatral en una localidad de poco más de 7.000 habitantes. Sus 64 montajes producidos en sus tres décadas de vida la convierten en una de las formaciones de teatro estable más sólidas y duraderas en Andalucía.

En los inicios había pocos recursos y mucha ilusión, como recuerda Francisco Checa Talavera, uno de los fundadores de Arena y en la actualidad alcalde de Torreperogil. "La tramoya era sencilla, unos rollos de cable, un tronco, los biombos, una orza, tres garrotes, ropas aprovechadas de los baúles y arcas, sombreros de paja, mucha voluntad y muchos kilómetros en un Diane 6".

Para Vicente Ruiz Raigal, principal artífice de la creación de Teatro Arena, "a lo largo de estas tres décadas el grupo ha practicado una forma de hacer teatro que nos identifica con la esencia de la vida, atajando modas, transformando los deseos y, en definitiva, festejando con cada montaje la muerte entre las llamas del samurái acartonado que define al teatro institucional". Vicente, que debe su pasión por el teatro a su profesor de literatura cuando estudiaba el bachillerato en los Salesianos, es sinónimo de teatro en Torreperogil. A él se debe también la creación del grupo filial de Arena, Empatía, y como productor teatral, al frente de El Chirimbolo, ha organizado 18 muestras internacionales de teatro, 13 festivales internacionales de títeres, cinco certámenes de textos teatrales o la escuela itinerante de teatro, por la que han desfilado 20.000 alumnos en los últimos cinco años.

Pero los últimos años del franquismo no eran buenos tiempos para la cultura, y menos aún para el teatro. Así lo recuerda Vicente Ruiz, que fue también uno de los impulsores de la antigua asociación juvenil Larra. "Éramos jóvenes inquietos con la esperanza de que el Ayuntamiento abriera las puertas a nuestras iniciativas, pero no fue así y los proyectos tuvieron que engordar la carpeta de las causas perdidas", señala el fundador de Arena. Claro que la compañía tuvo que aguantar las críticas y la intolerancia incluso una vez asentada la democracia. "La obra La novia no gustó a los caciques y nos tildaron de anarquistas en el periódico local", recuerda Ruiz Raigal.

Luis Villar Caño, Juan Antonio Molina, Antonio Caballero, Katy Cazorla, Juan Hidalgo y Juan Francisco Villar son algunos de los que han dado vida a Teatro Arena desde su fundación. Muchos de ellos salieron de la Escuela Municipal de Teatro, que revolucionó la forma de hacer cultura durante una década hasta que acabó sucumbiendo a las luchas políticas. Las últimas producciones de Teatro Arena han sido la trilogía en torno al mundo de los cuentos de la payasa Rossi, sobre textos de Alfonso Zurro; el monólogo Cleopatra, y el cabaret Tutti, fruti y el dragón. En todas ellas tiene un papel preponderante Nati Villar que, junto con Vicente Ruiz, constituye en la actualidad el dúo que da vida a Arena.

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