Ranieri convence a la directiva del Valencia con sus explicaciones

En la madrugada del miércoles, tras el triste empate en San Siro (0-0), el técnico del Valencia, Claudio Ranieri, y sus ayudantes formaban corrillos en el aeropuerto de Milán con los directivos del club. Les daban explicaciones. Trataban de justificar los ocho partidos seguidos sin ganar: cinco derrotas y tres empates, y, sobre todo, la pésima impresión que transmite el equipo. Pues bien, a la nueva directiva valencianista -con nula experiencia en el mundo del fútbol- le convencieron las explicaciones.

"Ha habido lesiones importantes [Ayala, Vicente y Aimar] y el equipo remontará físicamente en noviembre", dijo ayer el portavoz del club, Agustín Morera. "En ningún caso pensamos en destituir al entrenador, ni siquiera si el Valencia pierde el domingo en Getafe y a la jornada siguiente ante el Zaragoza", añadió el directivo.

Sin embargo, entre los observadores diarios de los entrenamientos del Valencia -periodistas y empleados de base del club-hay una conclusión casi unánime: el conjunto está poco trabajado, táctica y físicamente. Además de que un jugador se quejaba en privado de que el técnico quisiera motivarlos antes de los partidos al viejo estilo marcial: "¡Vamos a machacarlos!".

"Sobrevivimos, sobrevivimos", repetía en el aeropuerto de Milán el portero Cañizares, que evitó con varias intervenciones una derrota segura. Las opciones del Valencia para seguir adelante en la Champions son remotas. Primero debe ganarle al Anderlecht en Bruselas el 24 de noviembre y esperar a que ese día el Werder Bremen no venza al Inter; y después deberá superar al conjunto alemán en Mestalla el 7 de diciembre. Entonces le bastaría un 1-0 por el valor doble de los goles fuera de casa: el cuadro de Ranieri marcó en Alemania aunque perdió (2-1). Con el inconveniente de que el Inter no podrá contar ante el Bremen con su principal estrella, el brasileño Adriano, expulsado ante el Valencia por un puñetazo a Caneira.