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Niña Pastori recrea sus vivencias en 'No hay quinto malo'

Amelia Castilla

En el mundo del flamenco se dice que se canta mejor con fatiga. Haciendo bueno ese dicho, Niña Pastori asegura que la letra de sus canciones brota con más soltura cuando atraviesa un mal momento. No hay quinto malo, su nuevo trabajo, producido, una vez más, por su marido, Julio Jiménez, Chaboli, reúne un puñado de temas en los que recrea historias relacionadas con las cosas que le importan de la vida y que tienen que ver con sus vivencias, desde su pasión por la Virgen del Carmen a la vida de su tata Manuela.

No hay quinto malo (Sony & BMG) sale a la venta el próximo día 2 y se abre con un fragmento de una letra de Juan Antonio Jiménez, Jeros, cantante y compositor de Los Chichos, fallecido en 1995.

Pastori y Chaboli tienen perfectamente repartido el trabajo artístico. "Estamos todo el día juntos y juntos decidimos sobre la letra y la música. Con los textos parto de una idea o una imagen y lo voy desarrollando, aunque nos hinchamos a tirar papeles, pero él es quien decide finalmente la parte musical", cuenta. Hay excepciones, como En tres minutos, cuyos arreglos fueron compuestos por Chaboli la noche antes de la boda. "A las cinco de la madrugada, no podía dormir y la canción salió en tres minutos. La hemos grabado con el mismo arreglo", añade la cantante, que se lía a tocar palmas de alegría y se lanza al cuello de su marido, cuando éste llega, guitarra al hombro, a la sede de BMG.

La evocación de Los Chichos y la reminiscencia de los setenta de canciones como El loco del barrio se mezclan con temas que pueden escucharse dentro de los cánones del flamenco, pero que se acercan más que en sus cuatro discos anteriores al pop. "Ahora que muchos artistas empiezan a poner el cajón y las palmas en sus grabaciones, nosotros nos movemos hacia otros géneros musicales", añade Pastori, quien considera también que haga lo haga su voz sigue sonando a flamenco.

Primeros espadas

La influencia de Jeros -padre de su marido y un maestro para ellos- no es la única colaboración estelar del nuevo álbum de esta cantante que se ha rodeado también en lo musical de primeros espadas. Joan Albert Amargos ha realizado los arreglos de cuerda, que se han grabado en Eslovaquia. Suenan las guitarras de José Miguel y Juan Carmona, Diego el Morao y Paquete; los bajos de Carles Benavent, de Víctor Merlo y del Maka, y las baterías de Tino di Geraldo y Angie Bao.

Del disco anterior vendió más de 200.000 copias, una cifra que puede considerarse casi como una media de lo que ha vendido con sus otros tres álbumes. "He logrado mantenerme gracias a que mi carrera no ha tenido grandes sobresaltos", aclara preocupada por la difícil situación que atraviesa la industria musical. No hay quinto malo se presenta el próximo 11 de noviembre en Madrid en la Casa de América. Pasada esa fecha comenzarán los ensayos con el grupo para iniciar una gira a principios de año.

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