Razones de un desplome repentino
Ranieri analiza con su preparador físico por qué el Valencia lleva un mes sin ganar
¿Las causas? El técnico, Claudio Ranieri, se reunió ayer con su viejo amigo y preparador físico del equipo, Roberto Sassi, para analizar el abrupto desplome del Valencia en el último mes: cinco derrotas y un empate. Ambos se han convertido en el centro de las críticas. El Valencia, que ha sido el conjunto más poderoso físicamente de la Liga en los últimos años, presenta síntomas de debilidad. Hay jugadores, como Fiore o Albelda, que reconocen su mal estado de forma. Y el preparador físico responde: "El equipo no está en forma, ni física ni psicológicamente. Hay que buscar más chispa, más velocidad. Pero hemos comparado lo que corre el equipo con el año pasado y no hay grandes diferencias. El problema es que no se está corriendo bien. No basta con correr para estar en forma. Hay algún jugador que corre mucho, pero no juega bien".
"Ante el Sevilla y ante el Madrid", añade Sassi, "nuestra intensidad de carrera fue más alta que la suya. Pero Aimar, por ejemplo, no puede estar como el año pasado porque no ha hecho pretemporada y, además, ha estado lesionado".
Más allá de algunos errores tácticos de Ranieri -su alineación en el Bernabéu fue una invitación a la derrota-, los jugadores no culpan al entrenador de la crisis. Lo describen como una persona dialogante que discute con ellos incluso la mejor manera de jugar. Y ninguno se explica cómo han caído en el hoyo de forma tal fulminante.
Porque justo ayer se cumplió un mes del cambio radical. El Valencia sacaba pecho en Bremen como el equipo modelo en Europa: venía de ganar la Supercopa de Europa y lideraba la Liga española, más chulo que un ocho. Era un conjunto en toda la extensión de la palabra, sin importarle si actuaba uno y otro jugador. Y así fue hasta que, de repente, todo cambió. El Werder arrasó en la segunda parte a su rival, Vicente salió cojeando con una dolencia en el tobillo y el cuadro de Ranieri entró en una racha que no se repetía en Mestalla desde la campaña 1994-95, cuando el brasileño Carlos Parreira encadenó seis encuentros sin ganar.
Nadie duda de que la lesión de Vicente, formidable hasta entonces, ha sido determinante. Y existe un paralelismo con la lesión de Ronaldinho en el Barça el curso pasado. El crack brasileño causó baja en la jornada 12ª y, en sus cuatro partidos de ausencia, el Barça sólo arañó un empate. El Valencia siempre había presumido de ser un equipo que no dependía de sus figuras. Claro que no ha sido una, sino tres. En este arranque de campeonato, Ranieri apenas ha contado con los tres futbolistas más decisivos del pasado ejercicio: Vicente, Ayala (lesionado del menisco en los Juegos de Atenas) y Mista (primero marginado por el técnico por negarse a renovar, después lesionado). Precisamente ayer se atisbó un acuerdo en la renovación de Mista. El club se siente débil y precisa un golpe de efecto.
Pero mientras Ranieri le da vueltas a la crisis, el presidente, Juan Soler, muestra nerviosismo. Como cuando, tras caer eliminado el miércoles en la Copa del Rey ante el Lleida, declaró que él llegó a la presidencia y se encontró con Ranieri. Dando a entender que no era una elección suya. Fue un lapsus que el director de comunicación del club, Jordi Bruixola, rectificó poco después. El ascenso de Soler a la presidencia ha coincidido con la nefasta racha de resultados, justo en el momento de máxima popularidad de su antecesor, Jaume Ortí, homenajeado ayer por las peñas y por el propio club. El Atlético de Madrid, dirigido por el ex valencianista César Ferrando, visita el sábado Mestalla. Y una nueva derrota sería difícil de soportar para el nuevo presidente.
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