Un 'cumple' de circo
La Casa Natal de Picasso organiza una gran fiesta para celebrar el 123 aniversario del pintor malagueño
Para que un niño se divierta en un cumpleaños hacen falta una tarta y muchos juegos. Si se le añade música infantil, teatro y talleres circenses, el entretenimiento está más que garantizado. Lo comprobaron ayer quienes se acercaron a la malagueña plaza de la Merced, en el centro histórico de la ciudad. Padres con niños de primaria, matrimonios con perro, o alguna tía con sobrinos adolescentes, pasaron un buen rato y se llevaron sus cámaras -sobre todo digitales- plagadas de recuerdos.
La Fundación Ruiz Picasso Museo-Casa Natal organizaba el 123 aniversario del pintor malagueño con una jornada festiva. A las 11.00 horas, los niños más madrugadores descubrían para qué servían unas esculturas musicales, también llamadas tubolófonos.
Con marcas de las sábanas aún en la cara averiguaron que si se abrazaban a aquella especie de farola metálica producían sonidos con los que componer melodías. Para empezar estaba bien, pero tenían en mente emociones más fuertes. Mientras componían sinfonías de lo más heterodoxas vieron que "el señor del trapecio" había comenzado a trabajar.
Pablo, que es como se llama el señor del trapecio, enseñaba a los niños movimientos básicos. Una vez que subían a la barra, les explicaba que las manos deben agarrar la cuerda a la altura de los hombros. "Mira al frente y abre y cierra los brazos", indicaba a Ángel, uno de sus pupilos. El niño seguía las instrucciones sin vacilar. Tras varios ejercicios, como colgarse boca abajo con los pies entrecruzados, cayó a la colchoneta y se oyeron aplausos.
La fiesta, dedicada al circo, pretende que los niños se acerquen a Picasso, que representó el espectáculo con sus arlequines o saltimbanquis. "A mi padre le encantaba el circo. Iba sin pagar y por eso se sentaba en lo más alto de las gradas o entre bambalinas. Me llevaba muchísimo", contó Maya Windmaier Ruiz-Picasso. La segunda hija del homenajeado, acudió a la plaza a las 12.00 horas, y sopló las velas de una tarta de yema y trufa que después se repartió entre los asistentes.
La distribución del tentempié, unas 2.000 raciones de pastel, no interrumpió las actividades, acompañadas por un repertorio musical que iba desde el Nos vamos a la cama, de Los Lunnis, hasta los grandes éxitos de Bob Marley. "Los talleres son para todos los públicos", animaba Leandro Mendoza, Ley, desde la mesa de mezclas. El componente de la compañía catalana Cortocirquito, animaba a los participantes para que disfrutaran de los monociclos, el taller en el que más costó mantener el equilibrio, o se iniciaran en técnicas de acrobacia.
Los discos chinos, diabolos y aros llamaban la atención de los más pequeños, que no siempre los utilizaban según los cánones, una niña de tres años confundió uno de ellos con un hula-hop. "Tienes que tirarlo al aire y recogerlo", le indicaba el monitor. Los invitados a la fiesta hicieron volteretas, trataron de atrapar en el aire las mazas, y por la tarde disfrutaron del espectáculo Tiempos de circo, un viaje teatral y cómico, con trampolines, bicicletas, acrobacias y juegos malabares, está vez ejecutados por profesionales circenses.
Deterioro con dignidad
"Se sabía que la rehabilitación del entorno del Museo Picasso Málaga no se iba a poder hacer en un año", aseguró ayer el alcalde de Málaga Francisco de la Torre haciendo referencia al deterioro de las inmediaciones de la pinacoteca.
"Disponer de edificaciones antiguas y rehabilitarlas, construir edificaciones nuevas y dejar solares libres requiere su tiempo. Ni un año ni dos, sino algo más", añadió.
De la Torre, que asistió ayer a la celebración adelantada del 123 aniversario del nacimiento de Picasso, declaró su intención de que el espacio aguarde las reformas "con la máxima dignidad".
El alcalde apostó por una promoción conjunta de la Casa Natal y el Museo Picasso que aproveche más el turismo. "Ninguna ciudad puede ofrecer esto por razones obvias", dijo.
La segunda hija de Picasso, Maya Widmaier Ruiz-Picasso, que también acudió a la celebración, expresó su predilección por la Casa Natal. "Es más simpático y más de la familia", comentó. Del Museo Picasso Málaga, que el miércoles celebra su aniversario, aseguró, en tono jocoso, que "era muy grande" y que le gustaba, aunque "no para vivir".
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