Pitido final a los insultos
Un árbitro suspende un partido en Holanda harto de los improperios contra él y contra los judíos
René Temmink, árbitro holandés, aguantó el pasado sábado 80 minutos de gritos e insultos racistas. Fueron subiendo de tono durante el partido disputado en La Haya entre el equipo local, ADO Den Haag, y el PSV Eindhoven. Y, cuando los seguidores del primero, que perdía por 0-2, tararearon cosas como "Temmink es la fulana del PSV" y "Hamás, Hamás, todos los judíos al gas", decidió suspender el encuentro. Su gesto fue aplaudido por los partidos políticos nacionales, que han pedido un castigo ejemplar contra un club que arrastraba ya una penalización por sucesos similares ocurridos en un duelo anterior con el Ajax.
Los malos modales de los hinchas holandeses han ido empeorando en los últimos tiempos hasta llegar al espectáculo ofrecido durante el fin de semana. Temmink incluso dio una oportunidad de calmarse a los espectadores más exaltados paralizando el partido durante diez minutos. Pero, al ver que las injurias iban subiendo de todo y afectaban incluso a su familia directa, silbó con fuerza y dio un portazo simbólico suspendiendo el juego. "Ésto ya no lo aguanto", exclamó al oír que le llamaban la prostituta del PSV. Alertado por la policía del cariz que tomaban las cosas en las gradas, el alcalde de La Haya, Wim Deetman, se mostró también partidario de cortar por lo sano.
El club de La Haya se arriesga a una fuerte sanción al ser reincidente su público
Los vídeos de los hechos están en manos de la policía para ver si sus expertos reconocen a los principales protagonistas del bochornoso incidente. El primero de su clase que ha provocado la suspensión de un partido en el fútbol profesional holandés. Para la federación nacional (KNVB), la decisión del árbitro y del alcalde fue la más acertada para frenar de una vez la ira de los hinchas. "El fútbol es un gran deporte disfrutado por muchos. Pero las autoridades locales deben mostrarse fuertes ante situaciones como esta para que no se estropee", dijo Henk Kesler, su director. El comité de disciplina de la federación decidirá a partir de hoy la sanción que le será impuesta al ADO Den Haag. El club ya fue penalizado con disputar tres encuentros sin público por el comportamiento insultante de sus hinchas contra uno de sus principales rivales, el Ajax de Amsterdam. Ahora puede verse obligado a pagar una fuerte suma en concepto de multa.
La reacción de los políticos nacionales tampoco se hizo esperar. Los tres partidos que forman la coalición de centro derecha en el poder hicieron diversas propuestas. Para los cristianodemócratas, hay que prohibir el acceso a los estadios a los espectadores violentos. A los liberales les pareció que extender carnets con nombre y apellido para cada hincha sería una forma de controlarlos.
Lo sucedido en La Haya recuerda al mal rato pasado por el entrenador holandés Guus Hiddink, precisamente ahora en el PSV, cuando estuvo al frente del Valencia. En febrero de 1992 exigió la retirada de símbolos nazis colgados de las vallas protectoras antes de un encuentro contra el Albacete. Hiddink es de Arnhem, la ciudad del sur del país que sufrió uno de los peores asedios de las tropas nazis durante la II Guerra Mundial. Él mismo perdió allí a varios familiares y no consintió que se insultara gratuitamente la memoria de tantos muertos.
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