La falta de viento frustra otra jornada de las regatas de preparación de la Copa del América
El 'New Zealand' gana el Acto II, que concluyó ayer, y mañana arrancan las de flota
El Acto II de la Copa Louis Vuitton, antesala de la Copa del América, en aguas de Valencia en 2007, vivió ayer su última jornada, suspendida por falta de viento. El New Zealand, el equipo que perdió la copa el pasado año, ganó las regatas de preparación disputadas en la modalidad match-race (barco contra barco), que comenzaron el pasado día 5 y finalizaron ayer con la entrega de premios, presidida por la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá. Mañana jueves, y hasta el 17, arranca el Acto III, las regatas de flota, en las que salen todos los barcos a la vez.
Ningún deporte está tan sujeto a los caprichos del clima como la vela. Y si se trata de la Copa del América, aún más. Los fórmula 1 de la mar necesitan para navegar unas condiciones de viento muy determinadas. En cuanto hay más nudos de la cuenta, se exponen a roturas y averías en plena regata, algo que también ocurre incluso cuando la intensidad de los vientos es la idónea. Hay que tener en cuenta que el 80% del peso de estas embarcaciones, unas 24 toneladas por unidad, lo soporta el bulbo, la parte sumergida que estabiliza. La ligereza de los materiales con que se construye el resto de la nave hace que ésta sea muy delicada.
El Acto II de la Copa Louis Vuitton -el I se disputó el pasado mes en Marsella-, la competición que enfrentará a todos los equipos desafiantes al vigente campeón, el suizo Alinghi, en la primavera de 2007, ha mostrado la vulnerabilidad de la legendaria regata. De las ocho jornadas previstas, dos tuvieron que suspenderse. El pasado domingo porque las condiciones eran demasiado duras, con una media de 24 nudos y rachas que alcanzaron los 30. Y ayer, último día previsto para las regatas match-race (barco contra barco), por falta de viento. Mañana jueves comienza el llamado Acto III, regatas de flota (salen todos a la vez), que tampoco tiene trascendencia en la prueba que se disputará en aguas de Valencia en 2007.
El interés del público por las regatas de preparación de la Copa Louis Vuitton, de la que saldrá el oponente al Alinghi, se disparó en cuanto llegó el sábado. Si entre semana el flujo de visitantes fue escaso, el fin de semana se multiplicó: la gente visitó los grandes yates de la organización y los patrocinadores, paseó por la dársena interior del puerto, donde la organización amenizó con actividades de todo tipo la visita de los aficionados y curiosos, entre ellos decenas de turistas. En todo caso, aún es pronto para saber si la Copa del América atraerá un elevado número de visitantes extranjeros. Y también para medir el tirón que tendrá entre la gente una prueba que apenas tenía repercusión mediática en España hasta que Valencia fue designada, en diciembre de 2003, sede de la competición.
España es un país de excelentes navegantes, pero las competiciones náuticas sólo son cubiertas por revistas especializadas. Todo lo contrario ocurre en Francia o Italia, donde la vela tiene mucho más tirón. En Valencia, por ejemplo, han competido estos días dos equipos franceses (Le Defi y K-Challenge) y otros tantos italianos (+39 y Luna Rossa).
Entretanto, todavía no se ha presentado el desafío español, que anda metido en negociaciones entre los dos proyectos que existían hasta la fecha. Por un lado, El Reto, impulsado por el navegante Agustín Zulueta y el campeón olímpico de vela ligera Jósé Luis Doreste. Y por otro, Pedro Campos, promotor de los tres barcos españoles que han competido en la mítica prueba: el España 92 en la edición de 1992; el Rioja, en 1995, y el Bravo en 2000. La empresa hidroeléctrica Iberdrola ha instado a ambas facciones a que se pongan de acuerdo y acepten trabajar en un proyecto único cuyo prespuesto alcanzaría los 60 millones de euros. El notario y armador valenciano Manuel Xirivella, vicepresidente de la federación española, mantiene negociaciones con ambos bandos. La idea es presentar el equipo durante estas regatas de preparación.
En aguas de Valencia se ha reivindicado estos días el equipo neozelandés, el Team New Zealand, que perdió la copa el pasado 2003 en su país. El Acto II ha puesto de manifiesto la abismal diferencia que hay entre los cuatro grandes proyectos -el suizo Alinghi, el estadounidense Oracle, el italiano Luna Rossa y el New Zealand- y el resto, equipos mucho más modestos.
"Este es un deporte divertido", afirmó ayer Grant Dalton, director general del New Zealand; "hoy hemos ganado nosotros, pero otro día puede ganar cualquier otro".
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