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Reportaje:

El embajador positivo

El primer puesto del Poli Ejido en Segunda hace que se hable de la ciudad por el deporte y no por antiguos problemas xenófobos

La historia del Polideportivo Ejido arranca en 1969, casi coincidiendo con el levantamiento de los primeros invernaderos en la zona bajo la tutela de Extensión Agraria. La agricultura intensiva pasó a ser una máquina de hacer dinero gracias al calor que atrapaban los plásticos y los ricos acuíferos del subsuelo. Con el desahogo económico llegó la posibilidad del ocio para los ejidenses, muchos de ellos emigrantes valencianos, y también llegó el Poli.

El liderato provisional en la Segunda División alcanzado por el conjunto celeste el pasado fin de semana es también el éxito y la reivindicación de una población que se siente minusvalorada e incomprendida tras los incidentes xenófobos de 2000. Además, se logró venciendo al equipo de la capital almeriense.

El club tiene seis peñas de seguidores, y en una de ellas los inmigrantes son mayoría

El presidente del Poli, Gabriel Hidalgo, recalca el paralelismo entre la evolución de la localidad y el del club. "Deportiva y futbolísticamente, El Ejido ya no es la misma. Está entre las 42 ciudades españolas con un equipo en una competición profesional y eso se respira en el ambiente".

Las autoridades locales se han dado cuenta de la ilusión que despierta el club entre los ejidenses y han decidido alimentar su crecimiento. "Las instituciones se han volcado con nosotros y la afición igual. Cada semana movemos a 7.000 u 8.000 personas y se puede decir que ahora vivimos las mieles de tanto sacrificio. Es una ciudad que sale en la prensa todas las semanas gracias al fútbol", apunta Hidalgo.

Los habitantes de El Ejido se consideran víctimas de la incomprensión del resto de España y consideran que se les ha colgado el sambenito de racistas de manera gratuita, que sólo se habla de ellos para hacerlo mal. El Poli les ha empezado a proporcionar buena prensa. El club alcanzó la Tercera División en 1987, en 2000 llegó a la Segunda B por tercera vez y al siguiente curso ya estaba en la categoría cuya clasificación encabeza ahora.

El equipo cuenta con seis peñas de seguidores: Brigadas Celestes, Blues Ultras de Dalías, Pillatigres, Orgullo Celeste, José Sevilla de Berja y Ejido Multicolor. Esta última, integrada mayoritariamente por inmigrantes suramericanos, ofrece en las gradas la estampa multirracial y de convivencia con la que el El Ejido desea que se le identifique. El Poli ha conseguido además ser el único equipo de Segunda capaz de arrastrar un mínimo de 60 aficionados a cada partido jugado fuera.

Con un presupuesto que ronda los cinco millones de euros y una excelente respuesta empresarial, el primero en apostar por el equipo ha sido el Ayuntamiento, que es el máximo accionista y el principal patrocinador y que aporta 600.000 euros. El argentino Mariano Ramón Toedtli y el croata Jurica Vucko son los únicos extranjeros en sus filas.

Hidalgo asegura que estar a la cabeza de la clasificación de Segunda tras la sexta jornada no es ni una casualidad ni tan siquiera una racha, sino que simple y llanamente es el producto de un trabajo bien hecho. "Mi sueño es consolidar al equipo en esta división y si pudiésemos estar en la Liga de las Estrellas mejor que mejor. Pero es difícil porque hay clubes que triplican nuestro presupuesto".

Quienes conocen bien a Hidalgo y al propio Poli aseguran que la clave de su éxito radica en que el presidente supo rodearse de un equipo de personas de confianza, entre ellos el que fuera hasta la pasada temporada director deportivo y autor de todos y cada uno de los fichajes, Antonio Castillo.

Esta temporada, Castillo trabaja para el Rayo Vallecano, pero, según el presidente, se fue con los deberes hechos y dejó el conjunto prácticamente confeccionado.Un conjunto en el que se quiere mirar toda una población.

Gabriel Hidalgo, el presidente del club.
Gabriel Hidalgo, el presidente del club.F. BONILLA

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