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El asalto de dos naves en Elche desata un debate en China sobre la necesidad de contratar servicios locales

Los ataques a dos naves que almacenaban calzado chino en Elche a mediados de septiembre han causado en China reacciones que van desde la protesta oficial de Pekín hasta advertencias para frenar la competencia desleal con el desbloqueo de las cuotas de comercio del calzado y el textil como fondo.

"Los empresarios chinos tienen que aprender del incidente de Elche", declaraba ayer al rotativo South China Morning Post Cao Heping, profesor de Economía de la Universidad de Pekín.

La reacción oficial de Pekín fue plasmada en los diarios y las televisiones estatales que calificaron el ataque de Elche como una "tragedia para las relaciones chino-españolas" y un injustificable "trato brutal" contra los empresarios chinos.

Pero el debate posterior tiene mayor calado. Por un lado, los expertos aprecian en los sucesos acaecidos en Elche como una reacción que se repetirá en otros países una vez que la Organización Mundial del Comercio liberalice las cuotas de exportación del textil y el calzado a partir del 1 de enero de 2005, una liberalización que puede causar una invasión de productos asiáticos en los mercados occidentales.

Por otro lado, en lugar de reaccionar a la agresiva propaganda gubernamental, los foros de internet en China recogen críticas hacia las paupérrimas condiciones laborales de los empleados de las fábricas de calzado del sur del país, en localidades como Wenzhou, la capital china del calzado.

Los salarios de entre 80 y 150 euros mensuales y las jornadas laborales de más de once horas en la provincia de Zhejiang (sureste) son el secreto del bajo coste de los zapatos chinos.

"Los productores chinos en el exterior deben darse cuenta de la importancia de la contratación de servicios locales a medida que se entrena para desembarcar en un mercado globalizado", señala Cao.

"Debemos aprender de las multinacionales de Estados Unidos cooperando con los inversores locales y construyendo empresas y oficinas en las áreas donde instalamos nuestras empresas", recomendó Cao.

El South China Morning Post reproducía también ayer una entrevista con Chen Jiusong, de 47 años y propietario de una de las naves quemadas en Elche. El fuego le ha creado unas deudas de más de 1,2 millones de dólares. "No sé cómo describir mis sentimientos, lo he perdido todo, mis ahorros de diez años, toda mi familia está aquí, ¿adónde vamos a ir?", dice Chen, que abandonó su tierra natal hace diez años.

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