Fraga llama a la unidad y ofrece a Rajoy su cargo por si lo necesita
No hubo una alusión directa a la situación que vive el PP en Galicia por parte del presidente fundador del partido, Manuel Fraga, pero en su intervención planeó la crisis gallega por los llamamientos a la unidad, el reconocimiento de crisis, en general, y la existencia de disidentes a lo largo de la historia del PP. Fraga tomó la palabra antes de José María Aznar y de Mariano Rajoy y recibió el afecto de todo el auditorio. "Rajoy es nuestro líder, nuestro árbitro, nuestro presidente, al que debemos toda lealtad y colaboración. Yo le ofrezco incondicionalmente, al precio de cualquier renuncia, si necesario fuere, la mía y la de cuánto yo represento", proclamó el fundador del PP. "Es el momento de juntarnos todos para luchar por España y cada una de sus tierras; todo menos la división", instó. Muy animoso y sin recrearse demasiado, aseguró a los compromisarios que la derrota electoral del 14 de marzo "es superable".
Su experiencia al frente de esta organización le permitió hacer un recorrido por los éxitos y las dificultades que ha pasado, "con las crisis más diversas". Fraga citó incluso a "aquel Barreiro" (Xosé Luis), en referencia a un disidente de hace muchos años, junto a "Caín y Abel" y en contraste con el "Barreiro bueno", (Xosé Manuel) que forma parte de su Gobierno en Galicia y ha entrado en la ejecutiva nacional.
Con este ánimo regresó el presidente de la Xunta de Galicia a su tierra para abordar, si es posible de manera definitiva, la crisis abierta en su partido. Un dato de la gravedad del asunto es que el presidente provincial de Ourense, José Luis Baltar, cabeza de la rebelión, no asistió al congreso que ha elegido a Mariano Rajoy presidente del PP a pesar de que anunció que sí asistiría. Tampoco hicieron acto de presencia el resto de los disidentes.
La revuelta languidece
La versión que ayer sostenían interlocutores cercanos a Rajoy es que la crisis de Galicia no desembocará en adelanto electoral. Octubre de 2005 es la fecha en la que correspondería celebrar esas elecciones autonómicas.
Lo cierto es que Manuel Fraga decidió y consiguió que la revuelta comenzada hace dos semanas por Baltar y muy de cerca por Xosé Cuiña se detuviera durante el congreso nacional. La impresión desde ayer es que la revuelta "languidece" y que Fraga no va a ceder a las presiones de los críticos.
Esta situación se produce cuando los sondeos, el último ayer, en la Voz de Galicia, indica que el PP y el PSOE estarían empatados en votos, con lo que Fraga perdería la mayoría absoluta. La encuesta fue realizada antes de que saltara la crisis.
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