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Reportaje:

Dos décadas de Bolsa invicta

El mercado de acciones ha obtenido un rendimiento del 610% desde 1980 y vence a bonos y depósitos bancarios

Cien euros invertidos en 1980 en la Bolsa española se han convertido en 24 años en 6.100 euros, incluyendo los dividendos percibidos en ese largo plazo de tiempo. La renta fija (bonos) y los depósitos bancarios quedan muy lejos de tan jugoso rendimiento. La primera ha subido el 210%, mientras que los productos bancarios deben conformarse con el 110%, reinvirtiendo también sus ganancias.

Con independencia de las ganancias entre una fecha y otra, la Bolsa ha ofrecido cinco puntos de rendimiento más al año que los bonos

Son ejercicios que escapan de la mera coyuntura y que sirven, sobre todo, de orientación a inversores de muy largo plazo. Un tipo de inversión que afecta a los ahorradores particulares, sobre todo cuando suscriben un plan de pensiones con el objetivo de disfrutar de ese ahorro en la jubilación. Así pues, es un elemento de guía a la hora de buscar ganancia en un periodo de tiempo prolongado.

El Servicio de Estudios de la Bolsa de Madrid ha elaborado un trabajo comparativo de rendimiento de distintas inversiones financieras que arroja estos datos tan espectaculares. A la Bolsa española se la ha medido con los bonos y con los tradicionales depósitos bancarios. En todos los casos se reinvierten los intereses y los dividendos percibidos por el ahorrador.

Cien euros -entonces eran pesetas- invertidos en el mercado de acciones se han convertido en 6.100 euros. Si el dinero se colocó en bonos, ahora se obtendrían 2.100 euros, y si se tratase de un producto bancario la cifra mengua hasta los 1.100 euros. Eso sí, antes que nada, y tal y como se aprecia en el gráfico de esta larga evolución de las inversiones, la Bolsa ha sufrido numerosos vaivenes mientras que éstos se reducen en los bonos y no aparecen en los depósitos bancarios cuyo trazo es la línea recta. Por tanto, el inversor bursátil ha asumido mucho más riesgo y ese riesgo ha tenido su recompensa, multiplicado la ganancia obtenida frente a las otras inversiones.

Bruscos movimientos

En este periodo, la principal crisis se produjo en el periodo 200-2002, donde la ganancia de este índice largo pasó en 19 meses desde los 7.100 puntos hasta los 4.100 puntos. En estos pocos meses se volvía a la ganancia obtenida en 1997, reforzando esta idea de la elevada volatilidad que soporta el inversor en acciones. También la riqueza se creó en un periodo de tiempo muy corto. En enero de 1996 ese índice de rendimiento del mercado rozaba los 2.000 puntos y en marzo de 2000 tocaba esos 7.100 puntos. Cuatro ejercicios de una Bolsa fuertemente alcista con algún episodio de caída provocado por crisis en mercados internacionales.

Estas bruscas oscilaciones son las que impiden al accionista disfrutar de ganancias tan suculentas en largos periodos de tiempo. Un gran gestor de fondos estadounidenses escribía recientemente que pese a que su fondo había obtenido una rentabilidad muy superior al de la Bolsa de Wall Street en los últimos veinte años, más de la mitad de los inversores de sus fondos habían perdido dinero. La explicación, lógicamente, se encuentra en la pericia de entrar y salir de ese fondo. La necesidad de dinero, el miedo en momentos de crisis llevan a los inversores a realizar movimientos en las carteras que estropean tan excelente evolución del indicador o del gestor.

Por eso, la utilidad de este estudio en largos periodos de tiempo se encuentra en averiguar en media anual de rentabilidad que se obtiene invirtiendo en un activo o en otro. Esa prima de riesgo que hace decantarse por la inversión bursátil frente a sus competidores. Históricamente, esa diferencia de rentabilidad se sitúa entre el 3% y el 5% para todos los mercados mundiales. Es decir, un inversor deberá obtener tres o cinco puntos más que renta fija para que interese asumir el riesgo de las acciones. Pues bien, en este excelente periodo para la Bolsa, la diferencia anual de rentabilidad ha alcanzado el máximo con cinco puntos de ventaja sobre el resto de inversiones financieras.

Años de prosperidad

También el periodo del estudio requiere de matices. Esos casi 25 años han sido los de mayor prosperidad para la economía española de toda su historia. Realmente cuando las inversiones comienzan a separarse es en 1984, coincidiendo con el despegue del mercado de acciones después de prácticamente una década de pérdidas muy fuertes.

La recuperación y la internacionalización de la empresa española son fenómenos que se han producido justamente en estos años de fuerte crecimiento de la economía. Circunstancias muy importantes para considerar esta evolución de las inversiones. Eso sí, el contexto también ha favorecido sobremanera a la renta fija.

El bono creado por el servicio de Estudios de la Bolsa de Madrid tiene una vida de seis años y se ha beneficiado de las continuas caídas de tipos de interés que han elevado su precio. En 1981 los tipos de intervención aplicados entonces por el Banco de España se colocaban en el 17%, y los sucesivos pasos para la plena integración de España en la Unión Europea han ido reduciendo las rentabilidades con las consiguientes ganancias en el precio del bono.

También los depósitos bancarios han pasado por distintos periodos. Desde el pacto tácito de la banca por no competir con rentabilidad, pasando por las supercuentas en la década de los noventa y, últimamente, por las escasas rentabilidades fruto de unos tipos de interés históricamente bajos de las que únicamente escapa la banca por Internet.

Los datos de rendimiento deben pasar por otros filtros como son el coste de comisiones por invertir o el tratamiento que reciben las distintas inversiones. En ambos casos, restan ganancia a las cifras ofrecidas en el estudio.

La situación cambia si se cogen distintos periodos de tiempo. Por ejemplo, con los fondos de inversión se tiene referencia de los últimos 13 años, donde se mezcla el comportamiento de los mercados, la pericia del gestor y las comisiones que cobran anualmente sobre el patrimonio gestionado.

Aunque respecto al ejemplo anterior, la situación varía, la tendencia, sin embargo, sigue sirviendo. Los fondos que durante ese periodo colocaron su dinero en la Bolsa española han obtenido una rentabilidad anual del 8% (104% en todo el periodo). Los fondos de renta fija a largo plazo, beneficiados también por la caída de tipos, logran una rentabilidad anualizada del 5,81% (75,73%). En este caso, la prima no llega a ese 3% que como mínimo se obtiene de más por invertir en Bolsa.

La inversión en depósitos bancarios es la que menos rinde y la que menos riesgos soporta
La inversión en depósitos bancarios es la que menos rinde y la que menos riesgos soportaGORKA LEJARCEGI

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