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Reportaje:REPORTAJE

Nacionalismo de matrícula

Nadie en el sector automovilístico se explica por qué es buena la medida anunciada el pasado lunes por la consejera de Interior de la Generalitat catalana, Montse Tura -y matizada después por el ministro del Interior, José Antonio Alonso-, según la cual el Gobierno estudia recuperar el distintivo regional en las matrículas de los vehículos. Desde los conductores, representados por organizaciones como Automovilistas Europeos Reunidos o el Real Automóvil Club de España (RACE), hasta las asociaciones nacionales de fabricantes, vendedores, importadores y concesionarios. "No le vemos una ventaja como para que haya que cambiar el sistema y sí inconvenientes económicos", aseguraba el portavoz de la Asociación Española de la Carretera.

"Sospechamos que detrás hay un objetivo puramente fiscal y existe la intención de imponer en un futuro nuevas tasas", dicen en Automovilistas Europeos
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La medida ha enfadado mucho al sector. Tanto, que el pasado martes ocho de las agrupaciones más importantes la calificaron en un comunicado de "paso atrás", y estos días preparan sendas cartas dirigidas a los ministerios de Industria y de Economía para enumerarles los perjuicios económicos. Sobre todo, se sienten incómodos porque Interior no les ha tenido en cuenta. En la Dirección General de Tráfico, que depende de ese ministerio, afirman que la medida sólo está en fase de estudio.

Entre los inconvenientes, el más evidente está en el mercado de segunda mano. Desde que en septiembre de 2000 se retiró el distintivo provincial, las ventas han aumentado en un 22,7%, y la previsión es que este año se facturen 6.700 millones de euros, según las ocho asociaciones. "El cambio se notó enseguida", aseguraba en su despacho Juan Antonio Sánchez-Torres, presidente de la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos de Motor, Reparación y Recambios (Ganvam), que agrupa a unas 10.000 empresas de venta y posventa de vehículos y que corrobora la idea de que los vehículos de determinadas provincias no se venden igual. Y pone ejemplos: "Un coche de Bilbao se vende mal en Madrid y Sevilla; y uno de Madrid, se vende mal en Barcelona. ¿Para qué vamos a volver a los mercados estancos si devalúan los coches?".

"Es una medida política. Y estamos muy preocupados. No hay derecho a que se haga daño a un sector que aporta mucho al PIB y sostiene el 10% del empleo y más de un 20% de las exportaciones".

"Desde hace años tenemos un mercado serio y solvente", afirma Luis Valero, director general de la Asociación de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), que agrupa a los fabricantes de vehículos. "A nosotros nos interesa un mercado de segunda mano que funcione bien, para que haya un recambio del parque automovilístico. En los países maduros, ese mercado supera al nuevo", añade.

Pero hay también otros inconvenientes, como la delincuencia. "El vehículo que se encuentra en otra región distinta a la suya tiene que soportar actos vandálicos", sostiene Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados. Dice que es habitual que se les tome por coches de turistas y que, pensando que llevan equipaje, sufren más destrozos.

Otros inconvenientes afectan a las compañías de alquiler. "Antes tenían que matricular los vehículos en el lugar por donde iban a circular, porque los clientes no alquilaban coches con matrícula de Sevilla si estaban en Barcelona", cuenta Arnaldo. Pero las placas actuales permitieron que las empresas centralizaran sus automóviles en los municipios con una fiscalidad más favorable. Un estudio elaborado por su asociación en marzo pasado descubrió que, con el margen de descuento en las tasas de matriculación que pueden aplicar los ayuntamientos, un coche medio, de 11 caballos, pagaría 68,15 euros en Barcelona, 56 en Madrid, pero sólo 8,52 en Robledo de Chavela (Madrid), donde en los dos primeros años sin placas provinciales el parque automovilístico creció en un 2.572%. "Sospechamos que lo que hay detrás es un objetivo puramente fiscal, y existe la intención de imponer en un futuro nuevas tasas o que se ceda a las comunidades autónomas el impuesto de matriculación", plantea Arnaldo.

Decisión consecuente

La consejera de Interior de la Generalitat de Cataluña, Montserrat Tura, considera que la incorporación de un distinto autonómico sería una decisión "razonable y consecuente con la actual estructura administrativa del Estado", informa Pere Ríos. En su opinión, y dejando de lado planteamientos y reivindicaciones catalanistas, contribuiría a que los ciudadanos se sientan identificados con la matrícula de su automóvil y también sería una forma de alertar a los conductores en determinados casos de que el vehículo que circula delante puede dudar a la hora de realizar algunas maniobras, porque la carretera no le resulta familiar.

Aunque no ha existido un pronunciamiento oficial sobre la cuestión, fuentes del departamento de interior de la Generalitat, rechazan las críticas del sector del automóvil y consideran que no sería difícil buscar una solución que satisfaga a todos, como vincular la matrícula al lugar de residencia de sus propietarios, aprovechando los trámites que se realizan al cambiar la titularidad.

No lo ven así muchos de los lectores, que se han dirigido esta semana a este diario. "La utilidad es nula. (...) La decisión última de su colocación debería corresponder al propietario del vehículo", escribió desde Barcelona Francesc Martínez.

Y en el sector son tajantes: "El automovilista, lo que quiere, en carretera, es pasar inadvertido".

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