Los expulsados en Guadalajara hablan de formas "inquisitoriales"

La dirección del PP en Guadalajara y los siete diputados expulsados del partido por divergencias internas coincidieron ayer en señalar que la crisis que vive actualmente la formación viene de meses atrás y se ciñe solamente al ámbito provincial, aunque ha salido ahora a la luz ante la proximidad del Congreso Nacional.

En rueda de prensa, los diputados expulsados del PP, considerados desde el miércoles diputados no adscritos, señalaron que en la dirección del PP alcarreño había "ganas" de expulsarlos por mostrar una línea divergente. Además, dijeron que ellos se consideran del Partido Popular y no tránsfugas, "como se ha querido vender desde la dirección".

"Se nos ha puesto un expediente inquisitorial no para depurar nuestras responsabilidades, sino para depurarnos", afirmó Carlos Moreno, que actuó como portavoz de los siete diputados expulsados. Moreno anunció también que recurrirán por la vía contencioso-administrativa la resolución adoptada por el presidente de la Diputación de Guadalajara, José Carlos Moratilla, de considerarles diputados no adscritos y retirarles la voz en los plenos, ya que consideran que se trata de una decisión anticonstitucional.

"Queremos seguir siendo del PP", afirmó Moreno. Los diputados disidentes, que hasta ahora descartaban la posibilidad de pasar a formar parte del Grupo Mixto, dejaron entrever ayer, sin embargo, que si finalmente no les queda otra solución, lo harán.

El diputado provincial y alcalde de Brihuega, Jaime Leceta, presente en la rueda de prensa, afirmó que la dirección del PP de Guadalajara quiere convertir el PP en el "cortijo particular de cuatro señoritos".

Por su parte, Antonio Román señaló que la situación que vive el PP en la provincia "es un tema particular de Guadalajara" que no puede extrapolarse a la región ni tampoco a nivel nacional.