Un aparatoso incendio causa alarma en Alicante
Los vecinos de Alicante vivieron las primeras horas de la mañana de ayer pendientes de una densa columna de humo, visible a una distancia de 20 kilómetros, que se elevaba hasta el cielo desde el corazón del polígono industrial Pla de la Vallonga, en el extrarradio de la ciudad. Era la aparatosa consecuencia de un incendio que arrasó un almacén de plásticos y cartones y productos peligrosos para la construcción en el mencionado polígono industrial.
El fuego, controlado a las pocas horas por los bomberos, no causó daños personales y el potencial riesgo para la integridad física de personas que encerraba el incendio -en las naves contiguas había productos químicos y la propia industria siniestrada almacenaba productos inflamables peligrosos, utilizados en su procesos de fabricación- se quedó en unas horas de desasosiego para la población en general y unos minutos de verdadero pánico y nerviosismo para los trabajadores y clientes del recinto industrial. "Hemos pasado miedo ante la posibilidad de que el humo fuera tóxico", comentó un joven, que trascurridos los primeros minutos del fuego contemplaba ya más relajado las labores de extinción de las llamas.
El incendio, cuyas causas se desconocen, se originó sobre las nueve de la mañana en el interior de la nave de la empresa Muralli Aligeramientos y Aislamientos, SL, situada en la calle 1, número 4, del polígono industrial. La alta combustión de los materiales que almacenaba la instalación -una nave de unos 3.000 metros cuadrados, repleta de productos sintéticos- facilitó la propagación de las llamas por todo el recinto, así como la formación de una espectacular columna de humo.
El incendio movilizó a todas las unidades del parque de bomberos de Alicante. La primera medida de los equipos de extinción fue tratar de reducir el fuego al almacén y evitar su propagación a las naves contiguas, separados por apenas 15 metros de la fábrica siniestrada.
Los bomberos y efectivos policiales que se desplazaron a la zona del siniestro también ordenaron, como medida preventiva, el desalojo de los trabajadores de las naves colindantes al almacén incendiado. Tras cerciorarse de que el incendio no revestía peligro para las personas, los operarios de estos talleres retornaron a sus centros de trabajo.
Las labores de extinción del fuego se prolongaron hasta el mediodía. No obstante, durante toda la tarde permaneció en el lugar del siniestro un retén de los bomberos en previsión de que el fuego se reavivará, extremo que no había sucedido al cierre de esta edición.
En los trabajos de extinción del fuego participaron dos autobombas, una bomba nodriza, un vehículo escalera, un furgón de suministro de aire, dos vehículos de jefatura y un vehículo auxiliar.
El fuego arrasó por completo todos los productos almacenados en la nave, que también sufrió el derrumbe del techo a consecuencia de la actividad de las llamas.
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