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Crítica:Mercedes CLS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La última evolución de las berlinas clásicas

Marcos Baeza

Un cóctel innovador que reinterpreta el concepto de las berlinas clásicas para intentar conquistar a los conductores más jóvenes que no aceptan las formas clásicas y serias de estos coches. El nuevo Mercedes CLS es una simbiosis entre turismo y deportivo que sobresale por su originalidad. Combina con acierto el sentido práctico de los familiares y el atractivo estético de los cupés. Pero todo con la clase, la calidad y las tecnologías avanzadas de Mercedes, porque incluye soluciones vanguardistas como los frenos eléctricos, las suspensiones electrónicas por aire a presión y el cambio automático de siete marchas.

Este despliegue sitúa al CLS entre los automóviles más excelsos y sofisticados del mercado. Pero como casi siempre en Mercedes, tiene el inconveniente del precio, en este caso agudizado por la política de la marca, que sólo va a comercializar de momento las versiones superiores. Así, el CLS más asequible cuesta 60.300 euros, unos 8.000 más que el Clase E equivalente, cuya mecánica e interior son bastante similares. Pero más adelante llegarán versiones menos prohibitivas.

Poderío con sentido práctico

Para Jürgen Bräuchle, responsable del diseño, "el CLS es uno de los Mercedes más atrevidos y competirá con modelos como los BMW Serie 6 y Maseratti Quattroporte". Con un aspecto bajo, ancho y poderoso, reúne la fuerza estética de los deportivos más llamativos, pero con el toque de clase de la marca de la estrella. Destaca la silueta arqueada del techo, y detalles como los faros delanteros y las puertas sin marco, propios de los cupés. Además, el diseño no sacrifica la funcionalidad, porque cuenta con cuatro puertas que dan acceso a un interior amplio y exquisito, con cuatro butacas individuales y un maletero de 500 litros.

El CLS está disponible con dos motores: 3.5 V6 (272 CV) y 5.0 V8 (306 CV). Los dos llevan un cambio automático de siete marchas y ofrecen unas aceleraciones contundentes. El V8 añade la suspensión neumática y un climatizador con regulación independiente para cada plaza, que son opcionales en el V6 (2.252 y 979 euros, respectivamente). Además, en enero de 2005 se completará la oferta con el CLS 55 AMG, que añade un compresor al motor V8 y rinde 476 CV. Y más adelante llegará un nuevo V6 diésel de unos 230 CV.

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A diferencia del Clase E, el CLS incorpora una suspensión más baja, ejes más anchos, ruedas y frenos más grandes y una dirección más directa. Ofrece el mismo aplomo y confort, pero con una mayor agilidad y sensación de ligereza, sobre todo en tramos estrechos y virados, lo que aumenta el disfrute al volante y acerca sus sensaciones a las de los cupés.

En cambio, en el equipamiento hay luces y sombras. La dotación de serie es completa (seis airbags, ABS, ESP, climatizador...), pero faltan elementos exigibles en un coche de este precio, como los airbags laterales traseros (472 euros) o los mandos del cambio en el volante (281 euros). Incluso la rueda de repuesto, que es de emergencia, se paga aparte (352 euros).

CUATRO BUTACONES EN UN AMBIENTE IMPECABLE

LO PRIMERO que sorprende en el interior del CLS es la configuración de asientos, porque incluye cuatro butacas individuales. Así, cada pasajero disfruta de un espacio individualizado con salida de ventilación y cenicero, entre otros detalles. La longitud exterior, de casi cinco metros, favorece tanto la habitabilidad como el maletero, y permite viajar con gran confort. Y las cuatro puertas facilitan el acceso y marcan la diferencia frente a los cupés convencionales.

La atmósfera también destaca, porque todo el interior está forrado en cuero y madera, y ofrece un ambiente impecable y exquisito que incluye además una buena dotación de huecos y accesorios prácticos. La consola central se prolonga por detrás hasta los asientos posteriores, divide el habitáculo a lo largo e integra varios cofres y posavasos. Y el apoyabrazos trasero cuenta con trampilla para esquís.

Entre los aspectos menos logrados está el diseño interior, una copia sin disimulo del Clase E, el modelo del que se deriva. Y le resta exclusividad y poder de seducción. La sensación de desahogo en las plazas traseras también es mejorable. Ofrece espacio suficiente para alojar adultos de hasta 1,85 metros, porque permite acomodar bien las piernas y apenas se roza con la cabeza en el techo. Pero la línea descendente de éste y las medidas reducidas de las ventanillas limitan la luminosidad y hacen sentirse un poco encajonado. Es el precio a pagar por su estilizada línea exterior.

TECNOLOGÍAS DE VANGUARDIA

EL CLS REÚNE las mejores tecnologías disponibles en la actualidad. La suspensión neumática Airmatic es una de las más llamativas, porque compensa los balanceos que se producen en la carrocería al acelerar, frenar y girar, y mantiene siempre el equilibrio dinámico ideal. Además cuenta con varios modos de funcionamiento: deportivo, confort... Los Audi A8 y Jaguar XJ ofrecen sistemas similares.

Los frenos eléctricos son otra de sus aportaciones más avanzadas: frenan cada rueda de forma independiente y mejoran tanto la estabilidad como las distancias de parada frente a los sistemas convencionales. Y el despliegue técnico se completa con una variada gama de dispositivos opcionales que potencian tanto el confort como la seguridad: faros móviles que giran con la dirección en las curvas; asientos con calefacción y ventilación; acceso y arranque sin llave, etcétera.

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Sobre la firma

Marcos Baeza
Redactor de Motor, especializado en producto y tecnología. Ha desarrollado toda su carrera en EL PAÍS, desde 1998, ligado siempre al automóvil. Sigue la actualidad del sector, prueba los nuevos modelos que llegan al mercado y analiza las tendencias y tecnologías asociadas, como la nueva movilidad eléctrica.

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