Lolita Valderrama, la voz de una saga

A Lolita Valderrama la paseaban con ocho años por las plazas de toros porque "cantaba como una vieja". Eran -mediados de los cincuenta- tiempos de niños prodigios como Joselito, el pequeño ruiseñor. Lolita subía a los escenarios junto a sus tíos, los hermanos Ángel y Manolo Valderrama, y se ganaba al público inmediatamente, además de 125 pesetas. Desde entonces, siempre rodeada de las mejores voces flamencas, no ha hecho más que "empaparse" de flamenco.

La cantaora, sobrina también del desaparecido Juanito Valderrama, estará esta noche en el Hotel Triana, en una noche dedicada al cante y al baile en femenino. Mujeres reúne además a Mariana Cornejo, Ana Real y Rocío Díaz, además de a la bailaora María del Mar Moreno.

"Cuando mi tío me presentó ya profesionalmente fue en la plaza de toros de Egea de los Caballeros, al lado de Zaragoza. Yo tenía 15 años y en el mismo espectáculo iban La Niña de la Puebla, los Hermanos Toronjo y Los Gaditanos. Yo, que siempre he sido muy disciplinada, aprendía sin darme cuenta. Me pasaba las horas entre bastidores y mis único juegos fueron montar teatritos con mis amigas", recuerda Lolita, jiennense de 57 años, que ha sabido transmitir a sus dos hijos el amor por el flamenco. David y Antonio Hurtado, los hijos de Lolita son pianistas y han escrito ya dos libros en los que llevan el flamenco a las partituras.

"En el flamenco se ha mejorado en muchas cosas, pero se ha perdido la convivencia entre los artistas. Los espectáculos, que estaban de gira meses, eran nuestra universidad. Ahora la gente llega, hace lo suyo y se va", lamenta la cantaora que tiene grabados 15 discos.