El CSD anuncia más controles por sorpresa en el fútbol

El fútbol español verá aumentados sus controles antidopaje y, sobre todo, los que se realizan por sorpresa. El aumento también repercutirá en el número de partidos a controlar y se ampliará a la Segunda División B. El secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, lo anunció ayer en el Congreso, donde compareció a petición propia ante la Comisión de Eduación y Ciencia para informar sobre la participación española en los Juegos de Atenas, que valoró "satisfactoriamente". En la actualidad los controles se llevan a cabo en dos partidos por jornada de Primera y Segunda División, con dos jugadores por equipo, en todos los casos decididos por sorteo.

El secretario de Estado adelantó que ha iniciado contactos con representantes de la Liga Profesional y de la Federación española de fútbol para negociar un nuevo modelo de controles antidopaje. Además del aumento del número de controles, en las negociaciones, según avanzó el secretario de Estado para el Deporte, se va a plantear que los clubes y la federación colaboren en sufragar su coste. Hasta ahora los gastos de los controles -trabajos de laboratorio, médicos, toma y transporte de muestras- corren a cargo del erario público, a través del Consejo Superior de Deportes. Incluso la competencia reguladora de los controles le fue retirada a la federación después de que se conociesen de antemano algunos de los partidos a controlar a pesar de su carácter secreto.

La lucha contra el dopaje es uno de los principales capítulos del plan de preparación olímpica para Pekín 2008 y con continuidad hasta 2012, que ayer esbozó el secretario de Estado para el Deporte en su comparecencia en el Congreso. En ese sentido, Jaime Lissavetzky reiteró su compromiso de llevar adelante un Plan Nacional Antidopaje, que será presentado en el Parlamento y sustentada en tres líneas fundamentales: prevención, control y represión, capítulo este último que el secretario de Estado para el Deporte pretende sea regulado por la vía penal.

"El objetivo de este plan de preparación olímpica", avanzó Jaime Lissavetzky, "es romper los resultados de Barcelona 92 [los mejores de España, con 22 medallas]. Para ello, entre las líneas generales del plan, figuran acercar el deporte y la actividad física a la escuela, buscar fórmulas para ampliar las empresas privadas dispuestas a colaborar financieramente y modificar el sistema de subvenciones a las federaciones en cuanto a su transparencia con auditorías de gestión".