Rossi siempre gana
El italiano, segundo tras Tamada, amplía su ventaja gracias al sexto puesto de Gibernau
Bastó una curva, la primera, para que se armara la marimorena. El italiano Loris Capirossi entró en ella a todo trapo, frenó tarde y mal, y se llevó por delante al estadounidense John Hopkins, inesperado visitante de los puestos de cabeza. Como si de una partida de bolos se tratara, la moto de Hopkins golpeó a la de Colin Edwards, por allí que venía Max Biaggi, que no pudo frenar, como tampoco Nicky Hayden, pilotos que vuelan, motos que se hacen trizas, todos al suelo, también Kenny Roberts, que venía por detrás y se encontró con aquel sálvese quien pueda. El multitudinario accidente despidió de la carrera a seis corredores, algunos, como Biaggi, más que capacitados para haber dicho algo en una carrera que se le puso de cara desde el inicio a Valentino Rossi, como si lo necesitara. Lejos andaba el italiano de aquella montonera, con lo que cogió el primer puesto y se largó.
Barberá pierde sus opciones en 125cc al abandonar y vencer de nuevo el líder, Dovizioso
Y se largó con él Makoto Tamada, el mejor de cuantos japoneses compiten en MotoGP, que estaba en su casa y en la de su marca, Honda, y que se vio ante la oportunidad de su vida. Ambos se escaparon del troceado pelotón que quedó detrás, en el que estaba un Sete Gibernau limitadísimo por una moto y unas ruedas que le han traicionado en su periplo japonés.
Que le han traicionado y le han robado cuantas esperanzas tenía de poner coto a la dictadura de Rossi. Habrá que esperar a otro año. Los 40 puntos de ventaja que le saca el tricampeón de la máxima categoría se antojan un mundo. Rossi, ayer, se limitó a regular, aguantando el ritmo de Tamada durante un buen trecho, pero sin arriesgar, convencido como estaba de que un segundo puesto era un triunfo. Y lo fue. Como para Gibernau resultó decepcionante la sexta plaza final, atrapada a duras penas, con un neumático reventado, del que colgaban trozos de goma, en la que el propio Sete definió como "una de las peores carreras de mi vida".
Pero Gibernau logró al menos finalizar. No pudo decir lo mismo Héctor Barberá en la categoría de 125cc, donde se jugaba sus opciones de seguir aspirando al liderato. Se acabaron las opciones. En una carrera accidentada, en la que se dieron dos salidas, el piloto valenciano tuvo que abandonar. ¿La causa? Según su versión, entre una y otra salida una piedra se metió en el carburador de su Aprilia. Para más inri, el vencedor de la prueba fue el italiano Andrea Dovizioso, el líder, que de este modo ha colocado un desierto de 45 puntos entre él y el piloto español.
Nueve vueltas se habían disputado cuando la bandera roja hizo su aparición. La causa fue una moto que se había quedado en el asfalto tras un accidente. En ese instante, Barberá marchaba tercero y Jorge Lorenzo quinto, aunque muy lejos de Dovizioso y su compatriota Roberto Locatelli. Pero sobre la pista quedó tendida la moto de Ballerini, contra ella chocó el húngaro Imre Totht y el director de carrera decidió evitar males mayores, quitar el obstáculo y recoger los desperfectos. Se dio de nueva la salida, una piedra encontró acomodo en el carburador de Barberá y mandó sus esperanzas al limbo, mientras Lorenzo bastante hacía con acabar quinto teniendo en cuenta que durante un rato su moto se negó a arrancar.
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