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Crónica:GOLF | Copa Ryder
Crónica
Texto informativo con interpretación

García y Montgomerie rematan a EE UU

Europa logra el triunfo más amplio de la historia (9,5-18,5) tras superar la presión de Woods y los suyos en la última jornada

El golf europeo volvió a poner en solfa la pretendida supremacía estadounidense en una jornada final de la Ryder Cup plagada de golpes de teatro con ribetes melodramáticos, a los que tan propensos son muchos deportistas y aficionados americanos. Las exigencias superaron lo previsto en vista de la enorme ventaja con la que compareció en los links de Oakland Hills (Chicago) el equipo capitaneado por el alemán Bernhard Langer: 5-11, lo nunca visto en las 34 ediciones del torneo disputadas desde 1927. Debía ser un soleado y plácido domingo para el equipo del viejo continente. Sólo se cumplió la primera premisa. Tampoco fue un domingo de perros, pero por momentos se las tuvieron tiesas europeos y estadounidenses. Acabó saliéndose con la suya el equipo de Langer, que sufrió en el inicio pero venció por el margen más amplio de la historia, 9,5 a 18,5 puntos.

"Montgomerie representa para el equipo europeo lo que en su día representó Ballesteros"
García protagonizó el punto de inflexión al remontar su partido ante Phil Mickelson

El remate a la supremacía del equipo europeo lo protagonizaron Sergio García y Colin Montgomerie. El español logró la victoria que cambió las tornas en un último día en el que los estadounidenses trataron de exprimir al máximo sus recursos. El escocés remató el triunfo europeo al situar el marcador en 8,5 a 14,5 puntos que hizo ya intrascendentes los últimos cinco partidos que, en aquellos momentos, seguían en juego.

No podía ser de otra manera. Habían barrido en las dos primeras jornadas en las modalidades foursome (golpes alternativos con dos jugadores por equipo) y fourball (sólo cuentan los golpes del mejor clasificado de cada pareja). En consecuencia, a los europeos les bastaba con dos victorias más y un empate en los doce partidos individuales de ayer para revalidar su triunfo de hace dos años en Sutton Coldfield (Inglaterra). Les costó lo suyo. En parte porque como ya era previsible, el capitán estadounidense Hal Sutton tenía que jugarse el todo por el todo y alinear a sus mejores hombres en los primeros encuentros, que se sucedían con un intervalo de diez minutos cada uno.

Las cosas se calentaron porque en los siete partidos que antes empezaron a disputarse, el dominio americano fue tan nítido que podía propiciar un ataque de nervios en el bando europeo. Sólo el escocés Montgomerie, el hombre infalible en la Ryder Cup, torneo en el que nunca ha perdido un partido, mantenía a raya a su rival, Toms. Por lo demás, se imponía la jerarquía: los estadounidenses Woods, Mickelson, Love, Furyk, Perry y Campbell dominaban respectivamente a Casey, Sergio García, Clarke, Howell, Westwood y Donald. Langer echaba humo. Sutton, su colega estadounidense, lanzabamás leña al horno. Aludía a unas declaraciones de Langer a una cadena de televisión en las que el capitán europeo habría menospreciado al equipo estadounidense. Eso decía Sutton. Se encendían los ánimos entre el público estadounidense. Por eso resultó vital para apaciguar los nervios y atenuar la presión en el bando europeo que Sergio García le diera la vuelta a su duelo con Phil Mickelson. El americano le sacaba dos golpes de ventaja en el octavo hoyo. A partir de ese momento, el jugador castellonense recuperó su mejor línea de juego y en los hoyos nueve, diez y once dio la vuelta a la tortilla. Empezaron a concluir los primeros partidos, Estados Unidos recortó su desventaja. Situó el marcador en 7-11. Pero el triunfo de Sergio García por 3 y 2 -tres golpes de ventaja que ya hicieron innecesario disputar los dos últimos hoyos-, empezó a invertir la situación.

Al mismo tiempo progresaban los partidos que habían empezado más tarde. En la mayoría de ellos el dominio inicial de los europeos apaciguaba los ánimos del equipo. García había logrado el punto de inflexión de una jornada que había empezado con aspecto amenazador para el combinado europeo. El golfista castellonense redondeó una fantástica actuación en la Ryder Cup con 4 victorias y un empate en los cinco encuentros en los que intervino.

Las esperanzas estadounidenses iban desvaneciéndose a pesar de las victorias de Woods sobre el inglés Casey (3 y 2) y de Furyk sobre el también inglés David Howell, al que apalizó (6 y 4: seis golpes de ventaja por lo que no tuvieron que jugar los últimos cuatro hoyos).

No era ninguna utopía para Estados Unidos remontar un marcador tan contundente como el 5-11 que campeaba antes de la última jornada. Sus jugadores tenían frescas en sus memorias las imagenes de otra célebre jornada, la que tuvo lugar en la Ryder Cup de 1999 en Brookline, en la que lograron darle la vuelta a la situación cuando Europa dominaba por 6-10. Y si no, allí estaba el propio Sutton, su capitán, que participó como jugador en aquella epopeya que fue celebrada más allá de las normas de educación y respeto al adversario que imprean en el golf. Aquél triunfo fue el único de los americanos en las cinco últimas ediciones de una competición que hasta 1995 siempre habían dominado.

El triunfo europeo acabó siendo concluyente. La táctica de Sutton, una vez superada la tensión de los primeros compases de la jornada, no sólo se demostró inútil sino que llevó al equipo americano a una derrota inapelable. Los últimos partidos, a pesar de la distensión que se produjo entre los jugadores europeos una vez certificado el triunfo de su equipo, tuvieron igualmente neto color europeo. Langer logró una vez más capitalizar a la perfección el mejor espíritu de equipo que reina en el bando europeo, mientras que en el americano empezaba a cuestionarse la preparación y la forma en que varios de sus jugadores afrontaron el torneo. Ya en la anterior final de la Ryder Cup alguno de los jugadores estadounidenses admitió la realidad. Empezando por el que entonces, dos años atrás, fue su capitán, Curtis Strange que elogió a Langer y, sobre todo, al escocés Montgomerie: "Monty representa ahora para el conjunto europeo lo que representó en su día Ballesteros". Aquellas palabras de entonces, valen igualmente ahora.

Resultado final: 9,5 a 18,5 para Europa.

Partidos de la última jornada: Tiger Woods (EE UU) vence a Paul Casey (Inglaterra), por 3 y 2. Jim Furyk (EE UU), a David Howell (Inglaterra), por 6 y 4. Sergio García (España), a Phil Mickelson (EE UU), por 3 y 2. Davis Love III (EE UU) empata con Darren Clarke (Irlanda del Norte). Chad Campbell (EE UU), a Luke Donald (Inglaterra), por 5 y 3. Lee Westwood (Inglaterra), a Kenny Perry (EE UU), por un golpe. Colin Montgomerie (Escocia), a David Toms (EE UU), por un golpe. Ian Poulter (Inglaterra), a Chris Riley (EE UU), por 3 y 2. Chris Di Marco (EE UU), a M. Á. Jiménez (España), por un golpe. Thomas Levet (Francia), a Fred Funk, por un golpe. Paul McGinley (Irlanda), a Stewart Cink, por 3 y 2. Padraig Harrington (Irlanda), a Jay Haas, por un golpe.

Sergio García festeja la victoria europea chocando su mano con la del capitán del equipo, el alemán Bernhard Langer.
Sergio García festeja la victoria europea chocando su mano con la del capitán del equipo, el alemán Bernhard Langer.AP
Sergio García festeja la victoria europea, mientras Tiger Woods se frota los ojos contrariado por la derrota.
Sergio García festeja la victoria europea, mientras Tiger Woods se frota los ojos contrariado por la derrota.AP

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