Espantada de Camacho

Tres jornadas de Liga y una de Champions quiere aguantar esta vez Camacho en el banquillo del Real Madrid. Fiel a su estilo de dar un portazo a las primeras de cambio, tras caer en Barcelona el técnico le planteó al presidente, Florentino Pérez, su deseo de abandonar el barco al no verse capaz de coger el timón. Así lo adelantó la SER, avanzada la tarde, cuando todos los focos estaban sobre el Calderón. El presidente aplazó su decisión definitiva hasta hoy. Camacho, que ayer por la mañana se reunió con dos de los capitanes -Raúl y Roberto Carlos-, se ha borrado en un periquete, incapaz de variar el rumbo del equipo, justo para lo que fue contratado tras el nefasto final de curso de la pasada temporada. No es la primera espantada de Camacho en el Madrid. Si esta vez ha planteado irse a los dos meses de comenzar su faena, en el verano de 1998 se fue a los 22 días de sustituir a Heynckes, despedido, por cierto, tras ganar la séptima Copa de Europa.

Entonces, en tiempos de Lorenzo Sanz, Florentino Pérez aún esperaba en la antesala de la presidencia blanca. Resulta que antes de volverse a encontrar uno y otro frente a las urnas, el pasado mes de julio, el actual mandatario recurrió a Camacho -un tótem del madridismo- como gancho electoral. No es que fuera el técnico idílico para el presidente, pero éste confiaba en modular la relación. Florentino Pérez, ya sin Jorge Valdano como escudo, se había propuesto que el entrenador murciano se implicara hasta el fondo en el innegociable modelo impuesto por él mismo desde su primera victoria electoral. Camacho fue complacido con dos centrales -Samuel y Woodgate, éste, lesionado desde hace meses, pasó el control que no superó Milito hace un año- y la vuelta de Celades y Morientes. A cambio, tuvo que hacer sitio a Owen, el presunto galáctico de este verano, y despedirse de Vieira.

Con este cesto, el técnico mantuvo fijo el mecano con el que finalmente fracasó Carlos Queiroz. Los mismos jugadores, los mismos vicios. Leverkusen le dejó tocado y en Montjuïc se jugó un órdago con Raúl y Beckham en el banquillo. El resultado fue tan negativo como en Alemania. Y, sin más pausa, ayer expuso su renuncia. Hoy, el jefe, partidario de no dilatar las situaciones, resolverá. Decida lo que decida, mañana, frente a Osasuna, habrá plebiscito en Chamartín.

En plena tormenta madridista, el Atlético y el Barça disputaron un vibrante duelo en el Calderón (1-1). El Barça tuvo grandes momentos, pero el Atlético le hizo pagar su único tramo realmente flojo, al comienzo del segundo periodo, cuando Fernando Torres igualó el tanto inicial de Van Bronckhorst tras una pifia del debutante Edmilson. A la avalancha azulgrana respondió el equipo de Ferrando con solidez defensiva, la que le aportan este año Pablo, Perea y Luccin. Además, en situaciones de máxima alerta siempre tuvo a Leo Franco.

Por segundo partido consecutivo Rijkaard cerró, como hiciera en Glasgow, un encuentro del Barça sin Eto'o y Ronaldinho. El brasileño dejó el Manzanares con cara de malas pulgas, lo que ya es raro en él; pero este Barça, con o sin sus mayores astros, tiene muy buena pinta. Al menos hasta la fecha.