El técnico asegura que le duele más la imagen dada que la derrota

José Antonio Camacho salió del Bay Arena, el estadio donde el Madrid sufrió el mayor batacazo de los últimos tiempos, con la voz ronca, como es habitual, y con un discurso que intentaba no esconder lo sucedido, pero sí despojar de responsabilidad a sus jugadores, a esos mismos a los que, durante el encuentro, en más de una ocasión había pedido con gestos ostentosos que jugaran más y hablaran menos. Se echó encima toda la responsabilidad -"la culpa es mía", llegó a decir- y dio una imagen de calma con pinta de ficticia, la misma calma que, según reconoció, le había transmitido el presidente, Florentino Pérez.

Ayer, más reposado, Camacho intentó dar una imagen de optimismo: "Los equipos han de saber levantarse", declaró, antes de asegurar que esperaba "la reacción". Camacho intentó pasar página con una afirmación rotunda: "El Bayer nos pasó por encima y ahora toca levantarse".

El técnico continuó reflexionando con mesura el día después en Onda Madrid. "Me duele la mala imagen que dimos porque nos pasaron por encima. Estoy preocupado por la imagen, no por la derrota en sí. Alemania no se le ha dado bien al Real Madrid y no sé por qué, pero yo he jugado en un club en el que cuando se perdía la culpa era del entrenador". Camacho anunció, además, que habrá cambios frente al Espanyol el sábado, aunque "no será por castigo, porque si fuera así habría que cambiar a los once y al entrenador".

También quiso restar importancia a que algunos jugadores se fueran al autobús antes de acabar el partido. "Hay que conocer las dimensiones del vestuario de Leverkusen. Tienen que estar diez dentro y diez fuera. Hablar de eso es sacarle punta a todo", declaró.

En esa misma línea de evitar comentarios trágicos, Camacho concluyó: "Cuando gano los partidos aprieto más a los jugadores y cuando se pierde los apoyo mucho. Tampoco hay que dramatizar porque tenemos la fortuna de que hemos perdido tres puntos en una competición en la que hay más".