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Crónica:FÚTBOL | Copa de la UEFA
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Zaragoza sólo despierta al final ante el Sigma

A La Romareda le costó revivir ayer el ambiente de un partido europeo de antaño. El Zaragoza se volvió remolón ante el Sigma Olomouc checo y parecía que no se iba a sentir ese sabor especial de un partido internacional, que no lo pareció en absoluto ausente en las gradas y en el terreno de juego.

Víctor Muñoz, el técnico local, empezó este primer partido de competición europea con rotaciones en el centro del campo y en la delantera. Cambios que no surtieron demasiado efecto porque fue Savio Bortolini, uno de los que están presentes en todos los partidos, el que puso una pizca de emoción al encuentro.

Por la banda izquierda del brasileño era por donde llegaban los centros con algo de picardía, aunque los delanteros del conjunto aragonés se encargaban de convertirlos en cándidos remates.

ZARAGOZA 1 - SIGMA OLOMOUC 0

Zaragoza: Luis García; Cuartero, Álvaro, Milito, Aranzabal; Movilla, Soriano (m. 73, Javi Moreno); Cani (m. 73, Generelo), Savio; Drulic (m. 60, Galletti) y Villa.

Sigma Olomouc: Martin Vaniak; Michal Kovar, Martin Hudec, Roman Hubnik, Meter Babnic (m. 70, Tomas Bouska); Radim Kucera, Tomas Randa, Radek Spilacek, Pavel Ibozinek; David Kobylik y Martin Vyskocil (m. 60, Ales Bednar).

Goles: 1-0. m. 83. Arrancada de Generelo, que hace la pared con Villa al borde del área y su disparo raso se cuela por el centro.

Árbitro: Markus Nobs (Suiza). Amonestó a Roman Hubnik y Drulic.

Unos 25.000 espectadores en La Romareda.

La inexperiencia europea de los jugadores zaragocistas pesó más de la cuenta ante un enemigo que no expuso nada. El equipo español, sobre todo en la primera parte, no supo encontrar el hueco en la defensa del equipo checo. Esa defensa formada por afluencia masiva de jugadores en su campo y que responde con escasos contragolpes, la mayoría sin trascendencia.

Poco a poco, pese a lo relevante de la cita para el vigente campeón de Copa, la lentitud y el sopor apoderaron de los jugadores del Zaragoza y, por ende, al público. No había orden en el centro del campo y tampoco había conexión con la delantera, con el equipo partido de cuajo.

El Zaragoza empezó a atreverse a pisar el área rival poco a poco en la segunda parte. Pero una vez allí se encontraban con ocho jugadores alrededor de su portería y los barullos dentro del área checa se repitieron una y otra vez.

El entrenador zaragocista intentó enmendar su falta de acierto en las rotaciones y cambió a Cani, Drulic y a Soriano en la segunda parte. Y esos cambios rompieron con la apatía generalizada. Generelo consiguió el tanto zaragocista de la única forma posible ante la posición del equipo checo, con un fuerte lanzamiento desde fuera del área. Un resultado aceptable para el cuadro de Víctor a tenor de los pocos méritos contraídos.

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