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El abogado Piqué Vidal admite que medió en un soborno a Estevill, pero niega que cobrase

El letrado culpa de otro chantaje a un acusado al que no se juzga y a un fallecido

El abogado Juan Piqué Vidal reconoció ayer ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña que medió en uno de los sobornos reconocidos por el ex juez Luis Pascual Estevill para no encarcelar a cuatro empresarios, pero negó de forma rotunda que cobrase por ello de los afectados, que eran sus clientes. El abogado también declaró que conocía que hubo un segundo soborno de otros dos empresarios, pero esta vez negó cualquier participación y culpó de los hechos a una persona fallecida y a un acusado que fue declarado incapaz y no está en el banquillo.

La declaración de Piqué Vidal contradice casi por completo la que el lunes prestó Estevill, quien acusó al abogado de ser el responsable de las extorsiones, que el ex juez admitió sin reparos, a cambio de cobrar un total de 75 millones de pesetas (450.753 euros) entre 1991 y 1992. "Yo reconozco la culpa que me corresponde, pero no más", empezó diciendo Piqué Vidal. "Sé que hice mal, pero actué así para que una persona saliese de la cárcel y para que otra no entrase", acabó declarando casi tres horas después.

Por medio, un férreo interrogatorio del fiscal Carlos Ramos, quien durante más de 20 años de carrera se ha venido cruzando en los juzgados con Piqué Vidal como defensor en casi todos los asuntos penales de delincuencia económica ocurridos en Barcelona en los últimos tiempos. El que fue abogado de Jordi Pujol en el caso Banca Catalana afronta ahora una petición del fiscal de seis años y cuatro meses de cárcel.

La responsabilidad civil

El fiscal le exige también 390.000 euros de responsabilidad civil por el perjuicio causado a los seis empresarios, una cantidad que el acusado depositó días antes de iniciarse el juicio, lo que puede suponer que se le aplique la atenuante de reparación del daño en caso de condena. La declaración de Piqué Vidal fue seguida ayer por más de 200 personas, entre ellas jueces, fiscales y abogados de todas las sensibilidades, que abarrotaban la sala de vistas como hacía años que no ocurría en Barcelona.

El abogado relató que en 1991 fue a ver a Estevill a su juzgado de Terrassa al saber que iba a encarcelar a cuatro clientes suyos, administradores de la empresa Idapsa, a la que investigaba el juez. "Estevill me dijo que estaba pasando apuros económicos y que estaba dispuesto a reconsiderar su decisión a cambio de dinero. Me apuntó el número de una cuenta suiza en una servilleta de papel del bar donde estábamos y yo lo transmití a mis clientes", prosiguió. Días después, Piqué supo, según su relato, que el ingreso de 25 millones de pesetas (150.253 euros) se había producido, cuando uno de esos cliente le dijo: "Aquello salió bien". Según la versión del ex juez, Piqué cobró lo mismo que él; aunque, según la del fiscal, percibió más de seis millones de pesetas (unos de 36.000 euros) camuflados en una minuta por un trabajo ficticio.

El segundo soborno del que se acusa a Piqué Vidal ocurrió en 1992 a raíz de la investigación de Estevill sobre la descapitalización de la empresa Macosa. El ex juez declaró que dejó en libertad a un acusado y que no encarceló a otro a cambio de 50 millones de pesetas (300.500 euros), lo mismo que también percibió Piqué Vidal y otro abogado que fue a verle, Juan Vives Rodríguez de Hinojosa, acusado en esta causa pero al que no se juzga al haber sido declarado incapaz por el tribunal a causa de su salud.

Probablemente al amparo de esa situación, Piqué Vidal negó cualquier participación en el soborno y en todo momento se refirió al plan Vives para culpar al otro abogado. Esta vez, Piqué Vidal dijo que no fue a ver al juez porque éste le "hubiera enviado a la luna". La razón aducida es que a Estevill le molestó que el ingreso en la cuenta suiza por el primer soborno no lo hiciese el abogado, sino otra persona a la que se le facilitó el número de cuenta. Cuando lo supo el juez, lo llamó a su despacho y le echó "una gran bronca", dijo. Piqué Vidal tampoco tuvo reparos en salpicar con los hechos a Luis Magaña, fallecido hace unos años y en aquella época presidente de Fecsa, que era "gran amigo" del ex juez.

En otro momento, el que fue uno de los abogados más influyentes de Barcelona explicó que el juez, "don Luis", tenía "un carácter vengativo" y no desaprovechó la ocasión para cuestionar su trabajo. "Si ibas a su juzgado y reconocías los hechos que decía, te dejaba en libertad. Si no, te metía en la cárcel ocho o diez días. Esto lo sabía toda Barcelona", dijo Piqué Vidal, quien también negó que exigiera dinero a José Felipe Bertrán de Caralt, un empresario que se negó a pagar y acabó en prisión.

El abogado Juan Piqué Vidal, durante su declaración en el juicio.
El abogado Juan Piqué Vidal, durante su declaración en el juicio.JORDI ROVIRALTA

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