El Getafe se queda sin fiesta
Dos fallos defensivos del cuadro madrileño dan al Mallorca una ventaja insalvable
Estaban los jugadores del Getafe comenzando a jugar como un equipo de Primera cuando Luis García marcó el primer gol del Mallorca aprovechándose de un rechace y de un fuera de juego muy patoso que, como se probó después, no fue accidental. La gente había reventado el Alfonso Pérez para ver el debú del estadio en la máxima categoría. Gritaba: "¡Geta, Geta, Geta!". La parroquia estaba contenta, la tarde era buena y el rival directo y batible. Pero todo se torció en ese momento de epifanía. Justo cuando los jugadores del Getafe comenzaron a jugar como un verdadero equipo de Primera. Cuando tomaron conciencia de que eran grandes y perdieron la timidez. Entonces recibieron el golpe.
GETAFE 1- MALLORCA 2
Getafe: Sergio Sánchez; Mario Cotelo, Tena (Craioveanu, m. 66), Nano, Pernía; Gallardo, Vivar Dorado, Diego Rivas, Riki (Gabi, m. 71); Pachón y Yordi.
Mallorca: Moyá; Cortés, Niño, Ballesteros, Poli; Pereyra (Marcos, m. 66), Farinós; Arango (Delibasic, m. 69), Jorge López, Marcos Vales (Ramis, m. 85); y Luis García.
Goles: 0-1. M. 41. Luis García se aprovecha de un rechace de Sergio Sánchez tras un disparo seco de Pereyra.
0-2. M. 52. Arango recibe un pase entre la defensa de Luis García y bate a Sergio Sánchez con un tiro raso.
1-2. M. 84. Nano remata de cabeza, peinando el balón, un saque de falta de Craioveanu.
Árbitro: Losantos Omar. Amonestó a Nano, Poli, Niño y Ballesteros.
Debú del Getafe como local en Primera. Unos 13.000 espectadores en el estadio Alfonso Pérez.
El Getafe sucumbió a sus desajustes en la defensa y a la falta de confianza que atenaza a los jugadores metidos en compromisos grandes. Muchos se vieron desbordados por la situación, o eso pareció en los primeros minutos del partido, cuando el medio campo del Mallorca hizo sentir su experiencia. Gente como Pereyra, que vino del River; Farinós, que jugó una final de Liga de Campeones, y Jorge López metieron mano al Getafe en esos momentos de desconcierto.
El Mallorca jugó a desgastar, pero no tuvo ni la mitad de talento ni la mitad de profundidad que el Getafe. El equipo de Benito Floro jugó a palpar al rival, a esperar sin desordenarse, a mantener la posición. Ayer tuvo la pelota un rato, hasta que descubrió que no le servía para nada. Pereyra se metía entre los centrales, rompía y salía para dar comienzo a una serie de movimientos mecanizados en los que Farinós distribuía y Marcos Vales, Arango y Jorge López se agitaban a lo ancho con mucho espíritu viajero, pero sin asumir riesgos: no tiraron ni una vez a puerta. Cuando los mallorquinistas se cansaron de intercambios y relevos, cedieron el balón. El Getafe lo usó con más sentido.
Los delanteros del Getafe se asociaron con estilo. Ricky, Pachón y Gallardo desbordaron y tuvieron en Yordi a un rematdor pertinaz. Pero fallaron en los últimos metros. O porque remataron mal o porque hicieron un recorte de menos o de más, dio la impresión de que los nervios del debú, la magnitud de la tarde, les calentó demasiado las ideas.
En plena efervescencia del Getafe, Tena y Nano cometieron dos errores en dos fueras de juego que el Mallorca no desaprovechó. Ahí brillaron Arango, Jorge López y Luis García. Prestos para aparecer y reventar -en sus únicos disparos a puerta- la que habría podido ser una gran tarde getafense.
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