Tenacidad con premio
Estudio de Kasparián. Revista 64, 1935.
El primer vistazo es desesperante, pero el ajedrecista experimentado sabe que la tenacidad tiene premio con frecuencia. De modo que el blanco empieza a analizar desde cero. Adoptar una defensa pasiva no tiene sentido, por la superioridad material de las negras. Lo ideal sería capturar el alfil de e7 con jaque, pero eso es imposible. Se puede tomar el alfil, pero al precio de que las negras coronen dama en f1... ¡Un momento! Supongamos que la dama ya ha capturado el alfil, y las negras coronan: el rey blanco no tiene ni una casilla para moverse, lo que permitirá hacer tablas con el viejo truco de la dama rabiosa. O sea: 1 Dc8+, Ra7 2 Dc7+, Ra8 3 Dc8+ (¡cuidado! Aún no es el momento de tomar el alfil porque las negras no coronan en f1, lo que dejaría ahogado al rey blanco, sino que tienen un antídoto: 3 D - e7, Dg6+ 4 R - h4, Dh6+ 5 Rg3, y ahora 5... f1=D, ganando porque ya no hay ahogado) 3... Ra7 4 Dc7+, Ra6. Bien, tras observar que el blanco no va a caer en la trampa, el negro se va con el rey a otra casilla. El blanco calcula unas cuantas variantes y ve con suma preocupación que no hay nada mejor que tomar el alfil, porque los jaques no funcionan: 5 D - e7 (lo mejor que puede lograrse con jaques es 5 Dc4+, Rb6 6 Db3+, Rc7 7 Dc2+, Rd8 8 D - f2, pero tras 8... De6+ 9 Rf3, h3, la derrota es una mera cuestión de tiempo y técnica) 5... Dg6+ (no vale coronar directamente por el truco de la dama rabiosa: 5... f1=D 6 Da7+, Rb5 7 Dc5+, etcétera) 6 R - h4, Dh6+ 7 Rg3, f1=D, y hemos llegado a la misma posición que en el comentario a la tercera jugada blanca, pero con el rey negro en a6. ¿Alguna diferencia? ¡Sí! 8 De2+!! D - e2 ¡tablas por ahogado!
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.