Carmen Maura encarna a una emigrante española en '25 grados en invierno'

Con su ópera prima 25 grados en invierno, el cineasta francés Stéphane Vuillet sedujo a los espectadores del Festival de Berlín, que en la última edición le otorgaron el Premio del Público. Y ahora pretende hacerlo en España, donde la comedia se estrena el próximo viernes. Ayer, el director promocionó el filme en Madrid junto a Carmen Maura, que interpreta a una abuela y que ejerció de traductora. "Cuando vi a Stéphane me dije: 'Esta peli la hago', porque le vi muy seguro de sí mismo y mi papel, aunque no es principal, es una pieza fundamental en la historia", explicó la actriz española, que vive la mayor parte del tiempo en París. Por su parte, Vuillet aseguró que Maura ha sido un apoyo fundamental para rodar este filme. "Tardé dos años en encontrar financiación porque coincidió con la crisis de Canal Plus Francia que afectó a toda la industria", relató. "Y contacté con ella a través de mi productora ejecutiva, Marion Hänsel, que es amiga de Carmen porque han trabajado juntas. Le encantó el guión y eso me dio mucho ánimo para seguir adelante con el proyecto. Fue el primer actor que contraté", prosiguió contando el realizador, que está preparando el guión de su nueva película, C'est dans les hauteurs le bonheur.

25 grados en invierno se desarrolla en un caluroso día de enero en Bruselas y arranca cuando Sonia, una joven ucrania que busca a su marido, se cuela en la furgoneta de Miguel, hijo de emigrantes españoles y padre de una niña. "Evidentemente, bajo la comedia ligera hay un mensaje sobre la situación y las injusticias con los inmigrantes", explicó Vuillet, que nació en Francia, se ha criado en Bélgica y se confiesa de "corazón español" desde que conoció en su juventud a cuatro hermanos españoles, "los Sánchez", con los que formó un grupo musical. Productoras de estos tres países que han marcado su vida -Alokatu, Man's Films Production, Lancelotfilms y RTBF- han financiado el largometraje.

Con el reclamo de Carmen Maura en el reparto, Vuillet siguió buscando el elenco. "Pensé que Miguel tenía que ser un actor que fuese cómico con el cuerpo y que trasmitiera el dramatismo con los ojos", prosiguió Vuillet. Y el elegido fue el francés Jacques Gamblin, ganador del Oso de Oro en el Festival de Berlín en 2001 por Salvoconducto, de Bertrand Tavernier. "Para encarnar a Sonia tenía claro que tenía que ser una mujer del Este. Fue difícil encontrarla y rodar porque apenas hablaba inglés", prosiguió en referencia a la lituana Ingeborga Dapkunaite, que ha trabajado a las órdenes de Brian de Palma y John Malkovich.

A Maura le encanta hacer comedia pero teme, dijo, que a veces se le va la mano. "Me gusta trabajar con los belgas porque son bastante parecidos a nosotros y son gente seria con los horarios", precisó la artista, que acaba de estrenar en España La promesa, de Hector Carré, y rueda actualmente Reinas, de Manuel Gómez Pereira, junto a Marisa Paredes, Mercedes Sampietro y Verónica Forqué. En el barrio español de Bruselas, donde filmaron parte de la cinta, se sentía como en casa. "Era muy conocida por todos". Cada vez le proponen más papeles de abuela y se lo toma bien. Tiene claro que algún día vivirá en una residencia, "pero bastante más divertida que la de la película", y descarta hacerlo en la Casa del Actor: "No quiero terminar entre actores y, además, las habitaciones son dobles".