Toreo sevillano

Canito demostró que posee condiciones para ser el torero sevillano, pinturero y artista, que esta afición busca desde hace años. Ésta es su quinta temporada como novillero, lo que le resta posibilidades, pero ayer deleitó y emocionó a la parroquia con un valor alegre, con gracia y elegancia, aunque no rematara en gran triunfo sus faenas. Recibió a los tres novillos de rodillas en la puerta de chiqueros, y se lució a la verónica y por chicuelinas; banderilleó con decoró y manejó con gusto exquisito la muleta. Valiente y decidido, quizá le faltó fe para redondear una tarde que debió ser redonda.

Dorado también es veterano, pero parece que no le acompañan los mimbres de la experiencia. Su primer novillo era de embestida violenta, lo que no justifica las excesivas precauciones del torero. Más pausado fue el quinto, pero no consiguió estar a la altura de las circunstancias.

Fe a raudales demostró, sin embargo, Alejandro Morilla, muy decidido ante un novillo con hechuras de toro y astifinas defensas. Se peleó bravamente, emocionó al respetable y, al final, resultó cogido al entrar a matar y no pudo torear al sexto de la tarde.