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Crítica:BARCELONA | LA LIDIA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Muletero sin rematar

Otro cartel modesto en la Monumental de Barcelona, de esos que suelen rellenar la temporada. Con el primero de los dos toros destinados al rejoneo, el portugués Rui Fernandes tuvo una actuación entonada, aunque le costó calentar al respetable, salvo en dos quiebros en los medios. La continuidad de su labor se vio perjudicada por las pausas al cambiar de cabalgaduras y por las excesivas intervenciones del peonaje. Los dos rejones de muerte fueron muy defectuosos de colocación. Hubo mayor vibración en el cuarto, porque tenía mayor codicia, aunque a la vistosa labor de Fernandes le faltase también continuidad y le sobrase salirse pronto de las suertes en alguna ocasión. Acertó al primer rejón de muerte, pero como los turistas, que eran mayoría, no pidieron la oreja, se quedó sin.

Martín Arranz, Fernández / Fernandes, Antequera, Vilches

Toros: dos para rejones de Enrique Martín Arranz y cuatro para lidia ordinaria de Atanasio Fernández, desiguales de presencia y de poco juego. Rui Fernandes, ovación y vuelta al ruedo. Martín Antequera, ovación y ovación. Luis Vilches, división de opiniones tras dos avisos y aplausos tras aviso. Plaza Monumental. Barcelona, 29 de agosto. Menos de media entrada.

Con el primero de lidia ordinaria, de aparatosas y astifinas defensas, Martín Antequera sorteó con decisión las violentas y poco francas embestidas del astado. Dio todas las ventajas al quinto, que se arrancaba de lejos, aunque violento y con un pitón izquierdo imposible. El muleteo fue sólido, pero no consiguió impedir que el animal fuese a menos e hiciese amagos de rajarse y terminó su labor con una excelente estocada.

Buenas maneras

El tercero manseó claramente en el tercio de varas y Luis Vilches comenzó su faena de muleta muy toreramente y aunque luego la res no le permitió redondear su actuación, sí se pudo advertir las buenas maneras y la torería del diestro sevillano, que estuvo muy por encima de su oponente. Falló con el estoque y ello le privó de un premio mayor, emborronándolo todo con 21 intentos de descabello. Con cabeceo y gazapeo bastante molestos, el toro que cerró plaza impidió que la faena de Vilches, pese a su entrega y buen tono, alcanzase mayor brillantez. Todo lo hizo el torero, que, con excelente corte, volvió a estar por encima de la escasa calidad y corta arrancada de la res, que tardó en cuadrar a la hora de matar, lo que el sevillano hizo con colocación defectuosa, aunque sólo necesitó tres descabellos.

Con luz artificial a partir de la lidia del cuarto toro y el cielo cubierto de negros nubarrones, la lluvia no descargó hasta que los espectadores abandonaban el coso, de nuevo con la sensación de que el ganado había impedido que dos solventes profesionales tuviesen una actuación más lucida. Con todo, se pudo ver a un Antequera muy firme y buen estoqueador y a un Vilches excelente muletero, pero deficiente estoqueador.

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