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Entrevista:JAIME LISSAVETZKY | Secretario de Estado para el Deporte | Atenas 2004 | EL BALANCE ESPAÑOL

"Hay que tener más ambición"

Santiago Segurola

Jaime Lissavetzky (Madrid, 1951), el secretario de Estado para el Deporte, no se siente del todo satisfecho con el balance de España en Atenas, ya que lo considera inferior a su verdadero potencial. En ese sentido, y entre otras medidas, pretende impulsar un programa específico de preparación olímpica para las citas de 2008 y 2012.

Pregunta. ¿Qué analisis hace de los Juegos?

Respuesta. Han sido magníficos. Había temores por el retraso en las obras, que podían traducirse en problemas de organización. No ha sido así. La organización ha funcionado bien. También ha sido notable el esfuerzo en las cuestiones de seguridad. La vigilancia ha sido extrema, pero no desagradable. Respecto a España, los Juegos han terminado sin ningún problema en la delegación, la más nutrida de la historia, y con un excelente ambiente en el equipo. Los resultados se han ajustado a las expectativas de los técnicos del Consejo Superior de Deportes. Ha habido 66 finalistas y 19 medallas, un 28% de los finalistas. Es un porcentaje razonable. Atenas supone un ascenso respecto a Sidney 2000, donde se obtuvieron 11 medallas, y Atlanta 96, donde se sumaron 16.

"España, por demografía, capacidad económica, instalaciones..., debería establecerse con firmeza por encima de las 22 medallas de Barcelona 92"
"Quiero impulsar un programa de preparación olímpica para afrontar con garantías los Juegos de Pekín 2008 y los de 2012. Debemos dar el salto"
"Se habla de la tradición deportiva de Australia, pero no siempre fue así. Algo han hecho bien. Lo mismo ocurre con Japón. Son modelos muy interesantes"
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P. ¿Se siente satisfecho?

R. Es un buen resultado, pero no debemos sentirnos totalmente satisfechos. En finalistas, España ha terminado la duodécima, un buen puesto. En medallistas ocupamos el 19º, un poco bajo en mi opinión. Hay que tener más ambición. Creo que es el momento de dar el salto y no colocar a Barcelona 92 como medida de nuestro deporte. Han pasado 12 años y, de la misma manera que ha progresado el país en muchísimos aspectos, es necesario que progrese el deporte. España debería situarse por encima de las 22 medallas de Barcelona y establecerse con firmeza en esa posición, entre los mejores de Europa. Tiene que ser así por demografía, capacidad económica, instalaciones..., por todo aquello que ha situado a España entre los países más potentes del mundo.

P. ¿Qué modelos le interesan después de lo visto?

R. Evidentemente, Australia es un ejemplo. Con la mitad de los habitantes de España, ha conseguido 50 medallas. Se habla de la tradición deportiva en Australia, pero no siempre ha sido así. En los años 80 atravesaron momentos muy bajos. Algo han hecho bien. Lo mismo ocurre con Japón, que se ha consagrado como una de las seis grandes potencias mundiales. Son modelos muy interesantes. España es un país con un gran potencial y hay que aprovecharlo.

P. ¿Qué medidas tomará el Consejo Superior de Deportes para impulsar el nuevo ciclo?

R. Quiero impulsar un programa de preparación olímpica que nos sirva para afrontar con garantías los Juegos de Pekín 2008 y los de 2012. Todos desearíamos que estos últimos se celebraran en Madrid. Debemos estar preparados y dar el mismo salto que se produjo en Barcelona. En el ámbito general, España tiene que estar a la vanguardia de los países que luchan contra el fraude del dopaje. Ningún deportista español ha dado positivo en los Juegos. Esto supone una gran satisfacción, pero tenemos que intensificar el combate. Será una lucha larga y difícil. Espero que el inminente Plan Nacional Antidopaje sea un instrumento eficaz.

P. ¿Por qué tanto interés del Consejo Superior de Deportes en proclamar la lucha contra el dopaje antes de los Juegos? ¿Existían dudas sobre el rigor del deporte español en esta cuestión?

R. No; sólo se trató de enviar un mensaje claro. No habrá tolerancia con el dopaje. No valen los éxitos a través del fraude. Es malo deportiva y socialmente. Por eso ordené que se aumentara el número de controles por sorpresa antes de los Juegos. El problema es que la lucha contra el dopaje es cara y el Estado debe asumirlo. Sería conveniente que, en alguna medida, pudiera beneficiarse de la financiación que se atribuye al I+D [Investigación y Desarrollo].

P. ¿Qué factores serán primordiales en el impulso que pretende dar el Gobierno al deporte?

R. En primer lugar, hay un problema en el sistema educativo. La atención al deporte en nuestro sistema escolar posiblemente es insuficiente para las necesidades sociales. No se trata de crear campeones y lucir medallas. Hay algo previo más importante. El número de obesos en España se ha disparado exponencialmente. El problema se agrava porque la obesidad afecta cada vez más a los niños y los jóvenes. El deporte es una respuesta eficaz a esta lacra. El sedentarismo está unido a la obesidad. Creo que es el momento de implicar al sistema educativo en esta lucha a favor de la salud, del deporte, con una mayor exigencia al ejercicio físico en las escuelas. Otro aspecto importante es la colaboración entre las autonomías, que tienen concedidas las competencias en deporte, y la Administración central. No podemos malgastar fuerzas ni dinero. La coordinación es necesaria y buena para todos. Por ahora, la respuesta de las comunidades autónomas ha sido positiva. Por lo demás, soy partidario de la creación de una estructura de detección de talentos jóvenes.

P. ¿Considera que los Centros de Alto Rendimiento funcionan con eficacia?

R. Están bien utilizados, pero falta un poco de planificación. Cuando estuve en Granada, me sorprendió la masiva presencia de deportistas alemanes y de otros países de primer orden en el deporte. Allí estaba la mexicana Ana Guevara, medallista de plata en los 400 metros lisos. Si vale para ellos, debería servir para nosotros. Tenemos que utilizarlos mejor y renovar sus infraestructuras, como pretendemos hacer en Madrid y Sant Cugat.

P. ¿Se han convertido las federaciones en lugares estancos?

R. Comienza ahora el proceso electoral en ellas. Quiero que la convocatoria de subvenciones del Estado a los organismos federativos se establezca por objetivos. A veces se ha concentrado demasiado las ayudas en cuestiones estrictamente administrativas. Me interesa muchísimo aumentar la transparencia en la gestión de las federaciones. Respecto a la relación entre las federaciones y el Consejo Superior de Deportes, garantizo un diálogo sincero por nuestra parte. Mi voluntad es de máxima colaboración.

P. La natación ha vuelto a fracasar, pero su anterior presidente, Rafael Blanco, ha sido designado director general de Deportes. ¿Por qué?

R. La natación ha conseguido siete finalistas, incluyendo la sincronizada y el waterpolo. No es el resultado ideal, pero no es una situación crítica como se ha dicho. A Rafael Blanco le designé porque es un dirigente muy capaz, formado en el mundo del deporte, con ideas que yo comparto en el orden social y también en el deporte. Su nombramiento ha sido bien recibido en todos los sectores.

Jaime Lissavetzky, en su despacho del Consejo Superior de Deportes.
Jaime Lissavetzky, en su despacho del Consejo Superior de Deportes.ULY MARTÍN

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