España también sabe sufrir

A remolque, en el último momento y sufriendo. Pero hasta así gana España. Doblegó a la brava Italia, un rival duro y correoso que durante más de tres cuartos del partido mantuvo a Gasol y compañía en jaque. Renqueante la estrella española, desdibujado Navarro, la cosa pintaba mal. Pero si algo ha demostrado el grupo de Mario Pesquera es que, además de inagotables recursos, se ha cargado con un saco de paciencia, cualidad siempre inestimable y clave en el triunfo. Sólo así consiguió la selección amarrar una victoria que le deja franco el camino para avanzar como primera de grupo hasta los cuartos de final. Serbia, el rival mañana de España (10.15 horas, TVE-1), se complicó la existencia al padecer su segunda derrota, ante Nueva Zelanda (87-90). Por lo que parece, los actuales campeones del mundo andan con problemas.

Muy diferentes se ven las cosas en el equipo español, que, sin embargo, no mostró la mejor de sus caras. Gasol se las vio y se las deseó para zafarse del pegajoso marcaje de Marconato. Navarro, como ya le sucedió ante Argentina, compareció desposeído de su frescura y su puntería. Durante muchas fases, el juego de la selección adoleció de acierto y clarividencia. Tuvo serios problemas para superar la defensa italiana y resolver su ataque. Y en la defensa mostró lagunas. Supo, no obstante, madurar el partido y no precipitarse. Esperar para decidir en el momento ideal. Eso sucedió mediado el último cuarto, cuando apretó los dientes en la defensa, se colocó en zona, cerró mejor en el rebote y Gasol empezó a hacer cierto daño bajo el aro italiano. Hasta ese momento, el pívot español, que apareció en la cancha con un aparatoso vendaje en la pierna derecha -sufre un tirón en el tendón de Aquiles-, se había mostrado muy desacertado en su duelo con Marconato. Del resto del equipo tampoco había mejores noticias.

Lo de Navarro empieza a ser preocupante. Su muñeca de oro desapareció frente Argentina y ayer, en 18 minutos, sólo alumbró una canasta. En el último cuarto, Pesquera ni siquiera lo utilizó. "Es cierto que no ha estado muy fino en los últimos partidos, pero ni baja la cabeza ni se esconde de nada. Seguro que estará en los momentos decisivos", le defendió su amigo Gasol. Es de esperar que tenga razón porque el acierto de Navarro desde la línea de tres se echó en falta: dos de 11 intentos anotó España, ninguno de dos Navarro.

España salió del primer cuarto con cinco puntos de desventaja, concediendo muchos rebotes en su zona y dando segundas opciones que Bulleri, desde el perímetro, aprovechaba a la perfección. Felipe Reyes relevó a Gasol, encontró su hueco y, ayudado por Dueñas, dio un empujón a la selección, que mandaba al descanso por dos.

Pero se reanudó el encuentro y los de Pesquera volvieron a sufrir los mismos problemas. Sufrieron de salida un parcial de 0-10 y sólo De la Fuente acudió al rescate para cortar la sangría. Gasol, ya sin el vendaje -"me molestaba y me restaba movilidad", explicó-, seguía ofuscado: marcó su segunda canasta a tres minutos para el final del tercer cuarto. España lo pasaba mal, regalaba balones fáciles y concedía rechaces bajo su aro: 16. Pese a todo, Italia no logró escaparse en el marcador.

Pero España, como si despertara de un sueño, recobró el tono de anteriores partidos. Apareció Garbajosa, se recuperó Gasol, que mandó a Marconato al banquillo con cinco faltas -España forzó 28 y cometió sólo 12-, y Rudy Fernández completó el trabajo desde la línea de tiros libres. Italia cayó con un parcial de 13-0 nada más iniciarse el cuarto final y se descolocó. La selección española recuperó el mando (55-57) y, aunque los italianos lograron acercarse, ya no lo perdió.