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Reportaje:Atenas 2004 | BALONCESTO: EL IMPERIO SE HUNDE

Desayuno con patatas fritas

Los estadounidenses deambulan por el lujoso transatlántico Queen Mary 2 como si lo hicieran por una barriada de Los Ángeles

Diego Torres

Carmelo Anthony es el típico jugador sensual. El pívot de los Nuggets se pasea por los pasillos del King's Court como si fuese una pasarela de líderes de las barriadas del sur de Los Ángeles y se premiase al muchacho con más ritmo, con más clase. Lleva unas trenzas pegadas a la cabeza con una gorra y unos pantalones bolzudos que lo hacen especial, flexible, ondulante. Se sirve unas cuantas hamburguesas para cenar y gira en torno a los pastelillos durante media hora antes de irse a dormir, a las cuatro de la madrugada. Sus 2,04 metros de estatura necesitan combustible con urgencia. La noche ha sido dura. Su equipo, el poderoso combinado de Estados Unidos, ha perdido contra Puerto Rico. Carmelo es de esos muchachos relajados que viven en el transatlántico Queen Mary 2 como en un barrio del sur de Los Ángeles. Como si el dinero lloviese de alguna nube y realmente nada importase más que el ritmo. "¿No le sorprende la manera como Puerto Rico acribilló a su equipo desde la línea de tres?, le preguntaron. Y, mirando para otra parte, dijo: "Nos dieron unos buenos bonitos golpes desde ahí fuera... No puedo decir mucho".

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El Queen Mary 2, atracado en el puerto de El Pireo, es el lugar de residencia de los 24 jugadores y jugadoras de la NBA que participan con la camiseta de Estados Unidos en los Juegos. El barco es una pequeña Villa Olímpica que mezcla atletas y nuevos ricos entre piscinas, tiendas de lujo, teatros y casinos. "Nos hemos alojado aquí porque estamos más cerca del estadio donde jugamos y entrenamos", dice Craig Miller, portavoz de USA Basketball. Miller, que vive en Colorado Springs y usa bigotes de vaquero, es una especie de riguroso Wyatt Earp rodeado de chicos negros con mucho ritmo.

"El mundo está muy fuerte", dice Miller para explicar la derrota con Puerto Rico; "por eso hicimos una gira para jugar contra Turquía, Alemania, Italia... No hay duda de que la NBA es la mejor Liga, pero las selecciones nacionales son otra cosa. Nos encontramos con jugadores desconocidos que nos conocen perfectamente, que están descansados porque sus Ligas no son tan duras y que llevan jugando mucho tiempo juntos".

Lamar Odom, de los Lakers, dice que residen en el Queen Mary 2 por fortuna: "Tuvimos suerte". En la Villa Olímpica no conviviría con su novia ni con su madre, su padre, sus hermanos y sus amigos. En ella tampoco se daría el lujo de usar la sala para jugar a las cartas como salón de masajes ni de estar rodeado de extrañas obras de arte moderno. "Tenemos más de 5.000 obras de arte", dice una de las administradoras del buque; "relieves escultóricos por espacio de 200 metros cuadrados, 100 metros cuadrados de tapices, unos 300 metros cuadrados de frescos, 600 metros cuadrados de techos pintados, esculturas de mármol y bronce, más de 343 vinos con etiquetas distintas, 1.300.000 bolsitas de té, 1.728.000 huevos...". A la tripulación del Queen Mary 2 le encanta hacer enumeraciones. El barco en sí mismo, heredero del Queen Mary original, ya no es un símbolo de poder tanto como un museo de lujo. Las fotografías que decoran los salones con viejos huéspedes evocan un tiempo acabado: Julie Andrews, Buster Keaton, Sofía Loren, Clark Gable...

Al filo del mediodía, la NBA toma el desayuno. El hombre que se tapa la cabeza con una gorra y arrastra los pies ilustrados de tatuajes por el restaurante en busca de alimento es el mismísimo Allen Iverson, el genio de Filadelfia. Coge una bandeja, se sirve un plato de patatas fritas y un vaso de limonada y se retira a su habitación. Lo que tenía que comentar lo comentó a pie de cancha, después de la primera derrota del equipo-NBA en la historia de los Juegos. "Estos conjuntos

[Puerto Rico, Alemania, Italia o Argentina]", dijo; "no abusan de su habilidad atlética. Piensan el juego a lo Malone-Stockton. Esto servirá para que los chavales vean y sepan cómo se supone que se debe jugar a esto".

Varios jugadores del equipo de baloncesto de Estados Unidos descienden por la pasarela del transatlántico <i>Queen Mary 2.</i>
Varios jugadores del equipo de baloncesto de Estados Unidos descienden por la pasarela del transatlántico Queen Mary 2.GARCÍA CORDERO

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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